Julio César Zapata Munera, uno de los condenados por el triple crimen ocurrido en Codazzi, declaró la mañana del jueves a favor de su hermano Juan Gabriel Zapata, quien está privado de la libertad en ‘La Tramacúa’ por la misma investigación.
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Durante su declaración ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito con función de Conocimiento alegó que los hechos sucedidos el 28 de marzo del 2017, en los que él participó, eran desconocidos por su hermano.
Añadió que la camioneta, de propiedad de Juan Gabriel, donde subieron a las tres víctimas para llevarlas a la zona rural donde las asesinaron con arma de fuego, él la tenía porque la había pedido prestada.
“Ese día fui por ella como a las 11:30 p.m., él (Juan Gabriel) estaba dormido en el momento. El carro me lo entrega la esposa. El proyecto era únicamente hacer una pequeña investigación porque fui objeto de un atraco y estábamos averiguando para dar con la información de lo que me habían robado”, dijo Julio Zapata, sentenciado por los delitos de homicidio agravado, secuestro simple y tráfico fabricación o porte de armas de fuego.
Precisó que sus intenciones nunca fueron acabar con la vida del soldado profesional Edwin Salas Padilla, así como de Luciano Acosta Brito y Hamilton Soto Lora porque solamente buscaba recuperar el arma de fuego robada, dado que el dinero del que lo despojaron ya lo había dado por perdido.
Explicó que en el camino recogió en el vehículo a un sujeto conocido como ‘Wicho’, a quien dejó conducir y a otras personas.
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Es así que se desplazaron al establecimiento comercial conocido como ‘La Neverita’, donde departían los sujetos y los raptaron para llevarlos hasta la vereda La Aguacatera, donde los encontraron muertos la mañana del 29 de marzo.
“Él (Wicho) bajó los muchachos del carro y me dijo: ‘Móntese acá para que arranque en la camioneta’, me pasé al puesto de piloto y esperé como para la salida del pueblo. Como en cinco minutos escuché varios disparos; como eso no estaba proyectado porque la idea era sacar una información nada más, arranqué y me vine para el pueblo. Llegué a la casa de Juan, metí el carro y saqué la moto, estaba asustado porque no sabía que habían hecho al final”, puntualizó Julio.
Finalizó su testimonio diciendo que no le dijo nada a su hermano Juan Gabriel, pero que tiempo después se enteró y se preocupó.
La declaración hizo parte de las pruebas presentadas por el abogado defensor Benjamín Jaimes Quintero, quien representa a Juan Gabriel Zapata. El jurista a su vez llamó a declarar a la esposa de su prohijado, que certificó que el carro lo usaba con frecuencia su cuñado.
OLFER ROMPIÓ SILENCIO
En la audiencia de juicio, Olfer Enrique Valencia, otro de los procesados, rompió silencio para afirmar que él tampoco tuvo nada que ver con los crímenes.
Aceptó que departió con las víctimas y Javier Enrique Acosta Acuña, alias ‘El Negro’, uno de los confesos asesinos que está condenado por el mismo caso.
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“En el momento que llegó la camioneta (al establecimiento) nos dicen ‘ustedes corran’, salimos hacia una casa de en frente donde conocían a una muchacha, nos abren, esperamos media hora y después me fui. Yo me encuentro con ‘El Negro’ a las 5:00 de la mañana que va a mi casa, llegó llorando con una partidura en la cabeza y en un dedo; solo decía: ‘así no era’. No supe a qué se refería”, expresó Valencia, añadiendo que ‘El Negro’ varias veces se alejó de ellos cuando departían.
Con estos relatos culminó la etapa probatoria del pleito y en la próxima audiencia darán paso a los alegatos de conclusiones para emitir sentido de fallo.
POR: Marllelys Salinas / EL PILÓN
marllelys.salinas@elpilon.com.co