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‘Juancho Prada’, testigo clave en juicio de coronel Moya

El coronel retirado Alfonso Moya Molina.

Aunque hay incertidumbre sobre su asistencia a las diligencias judiciales adelantadas por el Juzgado Único Penal Especializado de Valledupar, en la lista de testigos solicitados por la defensa del coronel retirado del Ejército Nacional, Alfonso Moya Molina, aparece Juan Francisco Prada Márquez, alias ‘Juancho Prada’, excomandante del frente ‘Héctor Julio Peinado’ de las Auc.

En la audiencia de juicio oral realizada ayer, la defensa del oficial retirado presentó a varios exmilitares como testigos que dieron fe de sus buenas actuaciones como comandante en el Batallón Ayacucho, ubicado en el municipio de Pailitas, en los años 1996 y 1997, que tenía como misión contrarrestar el accionar de la guerrilla en el sur de Cesar.

Sin embargo, la defensa manifestó su preocupación en el despacho judicial por la anunciada libertad de ‘Juancho Prada’ tras culminar su proceso de Justicia y Paz. El temor es que de darse la libertad del testigo podría perderse su rastro y con él se trataría de desvirtuar los señalamientos sobre nexos del entonces capitán Moya con los paramilitares que el 28 de septiembre de 1996, asesinaron a los hermanos Eliseo y Eder Narváez Corrales, líderes de los campesinos desplazados de la Hacienda Bellacruz.
Al cierre de esta edición, la audiencia contra el oficial avanzaba con otros testimonios por lo que se fijaría una nueva fecha en la que podría ser citado Juan Francisco Prada Márquez.

La vinculación de Mancuso
En junio de 2012 fue cobijado con medida de aseguramiento el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, por su presunta responsabilidad en los homicidios de los hermanos Eliseo y Eder Narváez Corrales.

De acuerdo con la decisión adoptada por un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Mancuso Gómez incurrió, supuestamente, en los delitos de homicidio agravado en concurso con tortura, como posible coautor material.

Eliseo y Eder Narváez Corrales, eran dirigentes campesinos comprometidos con las familias desplazadas de la Hacienda Bellacruz, ubicada en el sur de Cesar. Eliseo fue clave en las negociaciones con las autoridades colombianas para garantizar la seguridad de estas familias y su regreso seguro a dichas tierras. Según informes, como consecuencia de su mediación había sido amenazado varias veces de muerte por los paramilitares.

Según la información recibida por el ente acusador, miembros de un grupo paramilitar entraron por la fuerza en el domicilio de Eliseo Narváez en el municipio de Pelaya, hacia las 10:00 de la noche del 28 de septiembre de 1996. Eliseo Narváez no estaba en ese momento; los paramilitares detuvieron a uno de sus sobrinos, y le obligaron a conducirles hasta donde estaba Eliseo y Eder Narváez. El joven los llevó a una granja perteneciente a la familia Corrales llamada La Cabaña, en el municipio de Pelaya. Allí le obligaron a llamar a Eliseo y a Eder Narváez para que salieran de la casa. Cuando los hermanos lo hicieron, fueron abatidos a disparos por los miembros del grupo paramilitar. Miriam Contreras, esposa de Eliseo Narváez, resultó herida.

El desplazamiento de Bellacruz
Durante la noche del 14 de febrero de 1996 y el amanecer del día siguiente, hombres armados, al parecer paramilitares, llegaron hasta los predios Trocaderos, Palo Alto, Canta Monos, El Atrato, Vista Hermosa y Veinte de Noviembre, todos ellos pertenecientes a la hacienda Bellacruz (Cesar), de propiedad de la familia de Marulanda, y con el fin de hacer que sus moradores los abandonaran, procedieron a quemar viviendas y ranchos. También los sujetos golpearon a algunos campesinos y les dieron cinco días de plazo para que dejaran las tierras.

Por ese desplazamiento, la Fiscalía investigó al exministro y exembajador de Colombia Ante la Unión Europea, Carlos Arturo Marulanda, extraditado de España a Colombia.

Por Redacción Judicial / EL PILÓN

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