Este jueves, la Contraloría de Venezuela anunció que inhabilitó por 15 años al presidente interino de ese país, Juan Guaidó, por presunta corrupción.
El contralor Elvis Amoroso dijo que el organismo tomó la decisión de “inhabilitar para el ejercicio de cualquier cargo público al ciudadano (Juan Guaidó) por el periodo máximo establecido en la ley”.
La disposición fue tomada porque supuestamente Guaidó ocultó información en su declaración juramentada de patrimonio y recibió dinero de “instancias internacionales y nacionales” sin justificar.
“Ha realizado 91 viajes al exterior sin autorización de la AN por un monto de 570 millones de bolívares que no puede justificar con su salario de servidor público”, añadió el contralor.
Ante esto, Guaidó desde una asamblea realizada en Caracas calificó la decisión de la Contraloría como una “farsa” y añadió: “Tienen miedo. No saben qué hacer, porque saben de las consecuencias. A mí por lo menos me dejan entrar a otros países, y a la primera dama también”.
Además, el presidente interino mencionó que “no existe un contralor”, por lo tanto la inhabilitación no es válida, y dejó en claro que “solamente el Parlamento venezolano es el único que puede designar un contralor”.
Robert Palladino, portavoz del Departamento de Estado de EE. UU, dijo que la inhabilitación de Guaidó era “absurda y ridícula”.
Juan Guaidó y su esposa han manifestado en varias oportunidades “atropellos” contra ellos, como lo sucedido este martes cuando su esposa Fabiana Rosales denunció un ataque con gases lacrimógenos al vehículo del líder opositor en Caracas.