En Riohacha, La Guajira, 10 jóvenes del Movimiento Juvenil Diverso de ese departamento se declararon en huelga de hambre hasta que se cumpla a cabalidad la sentencia T-302-17 emitida por la Corte Constitucional, la cual ordena que sean garantizados los derechos de los niños y niñas del pueblo wayuu en torno a la educación, alimentación y el acceso a los servicios básicos.
Los querellantes se encuentran en el parque Simón Bolívar de Riohacha. En las noches duermen en unos chinchorros que de manera improvisada colgaron en un kiosco del lugar. Señalaron que la manifestación es un “símbolo de la pobreza, la corrupción y la muerte que reina en La Guajira”.
El grupo de jóvenes, donde hay hombres y mujeres, cumple cinco días de manifestación. Se han negado a recibir el más mínimo alimento para demostrar la convicción que tienen para luchar de manera pacífica por mejores condiciones para la población de ese departamento. En ese sentido, la Cruz Roja de La Guajira ha estado presente en el lugar de la protesta para brindarles ayuda médica en caso de que lo requieran.
De acuerdo con las manifestantes, los pueblos indígenas cariachiles, wayuu, kamensa, inga, kankuamos, kogui, wiwa, iku y zenú han sido víctimas de atropellos por parte de los entes gubernamentales hasta el punto de ser desconocidos debido a que no cuentan con las mínimas garantías de educación y de salud como el resto de los ciudadanos de ese departamento.
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Argumentaron que el servicio de la salud es una de las necesidades más recurrentes de los pueblos indígenas porque la red hospitalaria que atiende a las veredas y corregimientos donde viven las comunidades es insuficiente porque no cuentan con el personal médico necesario, implementos y en algunas zonas no hay atención médica, por lo que los pobladores deben recorren largas distancia para llegar hasta un puesto de salud que los atienda.
Por dichas dificultades los jóvenes solicitan que se establezca una mesa diálogo con el Gobierno nacional para que sea negociado el pliego de peticiones presentado por ese departamento, en el marco del paro nacional, así como la atención a las familias de los 6.088 niños indígenas que han muerto de hambre en La Guajira.
También piden garantizar la educación pública en ese departamento, internet gratuito en las zonas rurales para que los estudiantes puedan acceder a ese sistema de información y comunicación, servicios de gas, alcantarillado y agua potable para los pueblos indígenas, entre otras peticiones.
Los manifestantes aseveraron que no dejarán la huelga de hambre hasta que no se establezcan las condiciones para la negociación del pliego de peticiones que resolverán la mayoría de los problemas históricos que afectan al departamento de La Guajira.
LOS RIOHACHEROS OPINAN
Esta huelga de hambre ha despertado diversas reacciones en los residentes de la ciudad de Riohacha debido que recientemente La Guajira ha dejado de tener un gobernador, que en este caso sería “el conducto directo para atender las peticiones y necesidades de los pueblos indígenas”, según Camilo Rodríguez, profesor de Ciencias Políticas.
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De acuerdo con este politólogo, la ingobernabilidad de La Guajira es uno de los factores que ha propiciado las malas condiciones de vida de los pueblos indígenas y la ciudadanía en general. Señaló que actualmente las peticiones de los querellantes no cuentan con “un escucha que verdaderamente se comprometa a implementar más políticas de apoyo a los indígenas” porque vendrá un nuevo gobernador encargado o producto de comicios atípicos que no alcanzará a cumplir un periodo de cuatro años como ha sucedido en los últimos 10 años.
“La Guajira ahora está acéfala. El departamento necesita una intervención del Gobierno nacional porque cada año la situación económica, social y de salud empeora. No hay un plan de gobierno que perdure en el tiempo para subsanar las necesidades de la población. Somos un territorio de promesas y proyectos inconclusos”, comentó Rodríguez.
Así mismo, un nutricionista de ese territorio, Zola Ramírez, aseveró que es lamentable que jóvenes tengan que poner en riesgo sus vidas para hacer un llamado al Gobierno nacional debido a que en ese territorio no hay un dirigente departamental que pueda velar por la protección de las comunidades vulnerables por medio de políticas de atención al pueblo indígena.
Agregó: “Este departamento se encuentra en un limbo político que difícilmente le veo salida porque los guajiros no confiamos en quienes ocupan el puesto de gobernador debido a que la mayoría han sido destituidos por fraudes electorales y corrupción”.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN
@namiibb