Después de 28 días, el interno Aimer Serrano Serrano levantó la huelga de hambre que llevaba en la Penitencia de Mediana y Máxima Seguridad de Valledupar, conocida como ‘La Tramacúa’. La razón: quebrantos de salud.
Él era el único que la mantenía luego que otros 130 privados de la libertad el pasado 19 de abril desistieran de esta protesta, tras pactar una serie de compromisos con el Inpec y la Uspec en cuanto a la alimentación dentro del penal.
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Había “decidió continuar solo con la huelga de hambre, reclamando además un traslado humanitario a la Cárcel La Picota de Bogotá, dado que por su permanente activismo en las reivindicaciones carcelarias siente que ha sido perseguido y estigmatizado por algunos guardias de este establecimiento. Esta petición no ha sido resuelta por la institución, que prefiere llevar al borde de la muerte al interno antes que dar una salida de fondo”, precisó el Movimiento Nacional Carcelario.
Serrano Serrano es conocido entre la población penitenciaria del país por las diversas denuncias de presuntos atropellos cometidos en el sistema. Por ejemplo, en el mes de febrero del año pasado aseguró mediante los medios nacionales haber sido víctima de maltrato y tortura de parte de los dragoneantes del Inpec en una cárcel de Bogotá.
Aimer Serrano, apodado como ‘Kiko’, está privado de la libertad desde el mes de mayo del 2012 tras ser capturado en un operativo de la Fuerza Pública. Según las autoridades, él pertenecía a la banda delincuencial ‘Los Botalones’ que delinquía en Santander y Puerto Boyacá.
Entre los hechos atribuidos está el hallazgo en el mismo año de una caleta que contenían 141 cartuchos calibre7.62, una granada de mano IM-26, dos proveedores metálicos para fusil Galil ak 47, dos grabadoras de voz y un uniforme similar al de las Fuerzas Militares.
PREOCUPACIÓN POR EL COVID-19
El Movimiento Nacional Carcelario también denunció un rebrote por coronavirus dentro de ‘La Tramacúa’ por aparentemente malos procedimientos.
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Se “ubicó en el patio nueve de mediana seguridad a un interno después de algunos días de haber llegado de la calle sin informar su estado de salud. Al interno le habían practicado la prueba de covid-19, pero sin darle el resultado, que finalmente salió positivo, por lo que lo aislaron en el patio 7. Posteriormente, a ese hecho unos 40 internos del patio 9 empezaron a presentar síntomas de contagio, sin que a la fecha hayan recibido ninguna atención”, precisó el movimiento.
En ese sentido, hicieron un llamado a los organismos de control, al Ministerio de Justicia, a las comisiones de paz y Derechos Humanos del Congreso de la República para que realicen seguimiento a estos hechos y exijan al director del centro de reclusión tomar medidas y protocolos para contener la propagación del virus.