Esta semana se cumplió el centenario del natalicio de Eduardo Caballero Calderón, novelista, ensayista y periodista que trabajó en los diarios El Tiempo y El Espectador; sin lugar a dudas uno de los escritores clásicos de la literatura nacional.
Caballero Calderón nació en Bogotá, el 6 de marzo de 1910. Fue diplomático en Perú, Argentina, España y Francia. Desde su época en el colegio ya mostraba su habilidad como escritor, ya que fue el fundador del periódico estudiantil ‘El Aguilucho’ del Gimnasio Moderno.
Inició estudios de Derecho en la Universidad Externado de Colombia, estudios que abandonó para dedicarse a lo que más le gustaba y apasionaba: el periodismo y la literatura.
Eduardo Caballero Calderón siempre fue identificado por su rigidez y su dominio de la técnica a la hora de escribir. Su estilo impecable, en el que predomina el ensayo como su género de preferencia, lo lleva a mencionar, en sus obras, sus experiencias como político y diplomático.
A los veintiséis años publicó su primer ensayo, caminos subterráneos, ensayo de interpretación del paisaje (1936), luego siguió con otros mas como Tipacoque, estampas de provincia (1940); Latinoamérica, un mundo por hacer (1944); Suramérica, tierra del hombre (1944) y relatos, el arte de vivir sin soñar (1943).
Obra literaria
* El Cristo de espaldas (1952)
* Siervo sin tierra (1954)
* La penúltima hora (1955)
* Manuel Pacho (1962)
* Memorias infantiles (1964)
* El buen salvaje (1963), novela con la que obtuvo el Premio Eugenio Nadal en 1965
* Caín (1969)
* ¿Por qué mato el zapatero?
* Azote de sapo (1975)
* Historia de dos Hermanos (1977)
Su primera novela, el arte de escribir (1943), es una creación filosófica, en El Cristo de espaldas (1952), mostró un gran dominio del lenguaje y de la construcción novelística, así como su gran capacidad imaginativa. Obra testimonial pionera dentro de la narrativa colombiana, trató del fenómeno más persistente de la historia del país, el de la violencia. El hilo conductor, los problemas de dos hermanos, el uno liberal y el otro conservador, le sirvió para escribir dos de sus siete novelas restantes: Caín (1968) e Historia de dos hermanos (1977).
Caballero Calderón fue un escritor muy prolífico; publicó innumerables ensayos así como volúmenes de memorias y cuentos y escritos históricos para niños. Desempeñó también una intensa carrera diplomática: embajador de Colombia ante la UNESCO (1962-1968), diputado de la Asamblea de Boyacá y Cundinamarca, y diplomático en París, Lima y Buenos Aires.
Murió el 3 de abril de 1993, después de una vida llena de éxitos, pero también de profundas crisis personales que se traducían en su escritura. Diversas organizaciones privadas y públicas, bajo la coordinación del Ministerio de la Cultura, prepararon una serie de actos en Bogotá y Tipacoque (Boyacá), en homenaje a este gran escritor, hoy quizás olvidado por las nuevas generaciones.