En pleno siglo XXI al sexo lo siguen viendo con recelo, entre menos se hable es mejor. Día a día niños y jóvenes por diversos motivos tienen inquietudes, que no se atreven a expresar por miedo a la reacción de los padres; dicha curiosidad es totalmente normal. Sin importar la edad, la sexualidad es parte fundamental en la vida de todas las personas.
A medida que sus hijos van creciendo, es probable que comiencen a tener preguntas y buscaran cualquier método para resolver su duda. Por eso cuando sus hijos estén listos para hacerle preguntas, usted, como padre de familia, deberá estar listo para resolverlas. Sea usted quien lleve la batuta al momento de aclarar las dudas de su hijo. Gánese su confianza.
¿Cuándo debe hablar?
Hablar con sus hijos sobre sexo es algo que nunca va a acabar, es una conversación que durará toda la vida. Hable poco a poco, para que así lo ayude a esclarecer sus dudas. Además, esto ayuda a que los niños no se sientan intimidados.
Es mejor que comience a hablar con sus hijos a edad temprana. Desde muy pequeños, niños y niñas sienten curiosidad acerca de su cuerpo y por los diferentes tipos de relaciones. Esta curiosidad crea una oportunidad natural para que usted inicie el diálogo y comenzar a construir una relación de respeto y confianza. Con los niños pequeños, puede comenzar a enseñarles los nombres de las partes del cuerpo y preguntarle si saben por qué los niños y las niñas son diferentes.
Cuando los niños comienzan a hacerle preguntas, los siguientes consejos le pueden facilitar el momento:
* Procure no parecer avergonzado, tome una actitud seria hacia el tema
* Sea breve. Conteste con técnicas sencillas; su hijo de cinco años no necesita saber todos los detalles
* No se burle ni se ría, aunque la pregunta sea cómica. Si usted se ríe, el niño podría sentirse avergonzado
* Sea honesto, use el nombre de cada parte del cuerpo como es
* Prepárese para repetirle las cosas
¿Cómo debe hablar?
Usted debe ser claro, sin mentirle, ni inventarle; no debe evadir la pregunta y no conteste más de lo que su niño le pregunte. Lo ideal es que le hable a la medida de su curiosidad, sus conocimientos previos sobre el tema y según la edad que el niño tenga. Para averiguar qué grado de información su hijo tiene y cuál es la que necesita, empiece por hacerle preguntas. En función de sus respuestas, usted se irá dando cuenta cuanto sabe y lo que debe contarle para compensar su curiosidad.
La vida cotidiana brinda las ocasiones perfectas para tocar el tema del sexo. A la hora del baño; al momento de ver la televisión con sus hijos, este es uno de los momentos cruciales para comentar y explicarle todo lo que vea, explíquele que significan ciertas palabras; con el nacimiento de un nuevo miembro de su familia, usted puede aprovecharse de ese momento y comentarle cómo se conciben los bebés. Ese tipo de ‘momentos educativos’ suceden diariamente y le pueden ayudar a que la conversación sea más fácil y natural.
Si a usted le incomoda hablar o contestar las preguntas sobre el sexo, dígaselo con sinceridad. Usted puede pedirle al médico de su hijo que le explique ciertas cosas, pero, ¿quién mejor que usted para resolverle las inquietudes?
Brindarle la información adecuada a la edad que corresponde, le facilitará a sus hijos entender que el sexo es algo natural, es todos los seres humanos y es esencial para el desarrollo emocional individual.