Personal funerario de una empresa venezolana que en la frontera debía entregar a otra empresa de ese servicio en Colombia el ataúd con el cadáver de un colombiano que fue asesinado en el estado Mérida, optó por abandonar la urna en plena línea binacional.
La medida la habrían adoptado los funerarios venezolanos, el miércoles en la noche, ante la demora de sus homólogos para recibir el ataúd con el cuerpo de Diego Armando Hernández Pineda, de 31 años de edad, natural de Sincelejo (Sucre), quien según el acta de defunción murió en un hospital de estado Mérida, producto de un balazo en la cabeza, suceso ocurrido el pasado 23 de julio.
El hecho que conmocionó a vecinos de la zona, fue descubierto este jueves a primera hora de la mañana, en la vereda Campo Alegre, del corregimiento de Agua Clara, Guaramito, limítrofe con Guarumito, municipio Ayacucho, Táchira.
“Con una escalofriante escena amanecieron este jueves los pobladores cercanos a la finca El Paraíso, en la vereda Campo Alegre, al hallar un fino ataúd abandonado a un costado de la polvorienta vía. En su interior estaba un hombre, bien vestido y arreglado, con un disparo en la cabeza, y preparado para su entierro”.
La comunidad alertó sobre la situación a la Policía del corregimiento de Agua Clara que enseguida se desplazó hasta el lugar. Sobre el cadáver estaban copias del certificado de defunción y de la cédula de ciudadanía del occiso.
“Al cuerpo sin vida de Hernández, según los documentos, le fue practicada la necropsia legal en el vecino país, firmada por el médico forense Jorge Hernández Peñaloza, y fue preparado por una funeraria para el traslado a Colombia, donde lo esperaba un hermano”.
Según se conoció, la funeraria venezolana habría acordado con otra en Cúcuta la entrega por tierra del cuerpo, cruzando la frontera por el sector de Guaramito, pero el encuentro nunca se dio y los funerarios decidieron abandonar el ataúd caída la noche del pasado miércoles.
La Policía dispuso el traslado del ataúd al Instituto de Medicina Legal en Cúcuta, donde el hermano aclaró lo ocurrido y rindió una entrevista ante las autoridades judiciales.
Posteriormente, siguió su destino hacia Sincelejo, donde se cumplirían las honras fúnebres.