En Libia:
AJDABIYA. Libia. AP. Las fuerzas del gobernante de Libia, Moamar Gadafi, atacaron el sábado, al amanecer, con una lluvia de cohetes que cayó sobre Misrata, la única ciudad en poder de los rebeldes en el oeste del país.
Los habitantes de la ciudad afirman que están agotados por las acciones bélicas y censuran a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por no frenar esta ofensiva mortal que ha durado un mes.
Un grupo de derechos humanos acusó al régimen de Gadafi de utilizar en Misrata bombas de racimo, un tipo de arma que ha sido prohibida por la mayoría de países y que causa bajas sin distingo de ningún tipo.
El gobierno de Libia rechaza que hubiera lanzado ese tipo de armas contra la ciudad.
El portavoz rebelde Abdel-Hafidh Ghoga dijo en conferencia de prensa que “no debe haber espacio para la duda ni para no estar con determinación contra lo que ocurre en Misrata u otras ciudades en Libia, debido a la destrucción amplia y enorme que Moamar Gadafi causa en las ciudades libias”.
El médico dijo que las fuerzas de Gadafi se refugian en las zonas residenciales de las que han huido los civiles, al parecer porque se sienten seguras de que la OTAN no se arriesgará a atacarlas en esos lugares.
Las autoridades de la OTAN afirman que es difícil atacar a las fuerzas de Gadafi que se encuentren en una zona urbana. La OTAN dijo que el viernes destruyó dos tanques en la zona de Misrata.
El viernes, las tropas de Gadafi lanzaron un poderoso ataque con tanques y misiles en Misrata, la última ciudad importante en manos rebeldes al oeste de Libia, lo que provocó la huida de los habitantes hacia áreas más seguras que se mantienen fuera del alcance del líder libio, dijeron testigos.
Los combates del viernes en Misrata — que sucedieron mientras los ministros del Exterior de la OTAN se reunían en Berlín para debatir el tema de la campaña militar en Libia — subrayan las preocupaciones de los rebeldes sobre si la intervención internacional llegará rápido y resultará efectiva.