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Fortaleza de los medios escritos

Los columnistas de opinión son la columna vertebral de toda publicación periodística; ya sea periódico, revista, magazín, en fin, desde el editorial que marca la orientación del medio hasta un artículo en el que se opine sobre una receta de cocina.

El columnista, que es un colaborador, no recibe remuneración en la mayoría de los casos; debe ser una persona con una aceptable cultura general, disciplinado y responsable. Este diario cuenta con un grupo de articulistas que lo nutren con distintos temas de actualidad o con deliciosas historias del pasado y del presente.

Dejé pasar el tumulto de escritos y entusiasmo de los festejos de los 20 años de El Pilón, para dedicarles este pequeño reconocimiento y agradecer que cada día nos ofrezcan temas que nos orientan, nos hacen pensar y en ocasiones nos sacan una sonrisa

. Es así cuando leemos al renombrado cirujano, dueño de una vida que sobrenadó como un milagro ante el furor de la violencia que lo atacó, hablo de José Romero Churio, quien escribe en sus columnas sobre diferentes temas, lo hace con sabiduría, especialmente cuando nos informa u opina sobre temas de salud, de ciencia, de actualidad.

Con estilo diferente, mi paisano, hijo de un purista del idioma, José Aponte Martínez, ese que nos deleita con un estilo sencillo, marcado criollismo que, muchas de las veces nos deja sonriendo todo el día, narra anécdotas del pasado de estas tierras, de su familia y del país.

Y son fortaleza del periódico, Imelda Daza Cotes, ya de ella dije una vez que encanta su sapiencia, trata temas económicos, políticos y se le mide a considerarlos conflictos nacionales e internacionales, también José Atuesta Mindiola, poeta, profesor, siempre correcto, caballeroso, preocupado por la educación, exalta a los personajes que para él son valiosos y no deja de escribir sobre su pueblo.

Gustavo Rodríguez, experimentado en los temas políticos, muchas veces nos ha regalado un cuento y se nota su romanticismo; mientras que Jacobo Solano, joven, arriesgado también con sus temas políticos, sociales y locales, nos muestra su pasión por el arte.

Entre tanto, Darío Arregocés, el abogado columnista, siempre nos tiene al día con los temas controversiales sobre leyes, jurisprudencia, nos aclara conceptos, y Óscar Ariza, muy ordenado en sus escritos, muestra gran preocupación por los problemas educativos y por la juventud. Otro columnista que escribe de leyes es Hugo Mendoza, nos instruye, cumple así con una de las condiciones del buen columnista.

La opinión libre

La columna tiene una connotación de fuerza, de sostenimiento, en arquitectura, por ejemplo, es el soporte que sostiene el peso de una estructura, esa columna nunca será libre, está sometida a una generosa esclavitud: no dejar que se caiga lo que se ha construido.

La columna de opinión es el soporte que sustenta el día a día del periódico, le da fuerza, pero a diferencia de la arquitectónica, es libre. Hace unos años, la columna solo era política, ahora el columnista puede escribir sobre él mismo y no está faltando a ninguna norma periodística (solo animando su ego). Es libérrima, siempre y cuando no ofenda o denigre de persona o institución alguna. Pero esa libertad solo es su responsabilidad, no del medio donde se publica.

Esa libertad la entienden: Alberto Herazo, el amable Beto, siempre pendiente de los temas cívicos, crítico del mal funcionamiento de los servicios públicos, de las entidades; conocedor de la política actual. Aquilino Cotes, se inventó un estilo de diálogos con sus tíos Nan y Chiro. Carlos Guillermo Ramírez, trata temas de interés, es disciplinado y puntual con sus columnas. Rodrigo López Barros, jurista, respetuoso con los temas que trata, es generoso al elogiar cuando alguien lo merece y comprensivo cuando toca temas de algo que ande mal. Gustavo Cotes, estudioso, conocedor de los problemas nacionales, los trata con profesionalismo, su estilo gusta por su sencillez.

A la naturaleza no hay con qué compararla en la carga de belleza que nos depara eternamente, pero el hombre, los pueblos, el mundo la maltratan a diario, parafraseando a Óscar Wilde: ‘siempre maltratamos lo que más amamos’. Pues bien, el columnista ecologista, apóstol de la defensa del medio ambiente es Hernán Maestre.

Muestra también su libertad al escribir Luis Napoleón de Armas, crítico agudo de todo lo que no es de su gusto, conocedor de la problemática social del país y de la educación.

Folclor y Religión

Es una delicia escribir sobre folclor, conocer de dónde nacen las canciones, anécdotas de compositores, del mundo vallenato, de ello se encargan: Julio Oñate, Jorge Naín, Celso Guerra, José Gregorio Guerrero y el periodista Julio Mario Celedón que aunque escribe de todos los temas, nos cuenta historias del Valle folclórico.

Los viernes y domingos tenemos reflexiones espirituales, necesarias para enfrentar la dureza que por momentos nos presenta la vida, Valerio Mejía, desde hace tiempo nos invita a orar y lo hacemos siempre al final de su columna. Marlon Domínguez, nos mueve con la Palabra Divina, reflexiones importantes, gracias a ellos.

Literatura y otros temas

Los domingos en todos los diarios se publican notas culturales, El Pilón tiene en Jarol Ferreira un buen exponente con su estilo contemporáneo, escribe de todo los que pasa por sus ojos, artista y crítico. De otra parte, Leonardo Maya endulza el día con sus versos de amor, pensamientos y añoranzas. Dentro de la variedad de temas tenemos un columnista que nos instruye en el campo automotriz, él es Rodrigo Bueno; y cierro con el amante de las leyes, buen escritor y amable colega Raúl Bermúdez.

Todos merecen un escrito solo para ellos, pero saben que el espacio nos limita. Sigamos adelante, escribamos de todo lo que se nos ocurra, con elegancia y respeto. Recuerden a sus lectores, (sus clubes de fan) a ellos hay que agradecerles que nos lean.

Hay dos que ya se fueron, inolvidables, el del estilo pulcro: Luis Augusto González; y el humilde crítico Germán Piedrahita, estarán en nuestros recuerdos eternamente.

Por Mary Daza Orozco

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