Las Farc llegaron este martes al ecuador de su Décima Conferencia Nacional Guerrillera en la que se espera que al cabo de una semana de debates ratifiquen el acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno colombiano y anuncien el fin de su lucha armada, con una aparente unanimidad entre sus delegados.
La asamblea se inició el pasado sábado en El Diamante, un punto remoto en los Llanos del Yarí, territorio del sur del país, entre los departamentos del Caquetá y Meta, en el que desde los años 60 las FARC han tenido una fuerte presencia.
A los debates no se permite el acceso a la prensa y la información sale a cuentagotas en declaraciones diarias de los jefes de la guerrilla que resumen los avances de las sesiones y se adentran en densos discursos netamente ideológicos y, en muchos casos, apologéticos.
El número uno de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, inauguró la conferencia en un acto al que sí se permitió acceso a la prensa y tras una segunda intervención, esta vez a puerta cerrada, los representantes de las diferentes unidades plantearon una serie de “proposiciones teóricas” que concluyeron ayer, dijo hoy Félix Antonio Muñoz, alias “Pastor Alape”, miembro del Secretariado (mando colegiado).
Esos textos densos son planteados con solemnidad y tienen un profundo contenido ideológico con el que intentan suscitar el debate.
Una vez concluidas esas primeras ponencias iniciaron intervenciones individuales que concluyeron con la formación de diversos comités donde tratarán diferentes materias.
Esos comités comenzaron a trabajar hoy y abarcan, entre otras cosas, asuntos como el tránsito que harán hacia un movimiento político, la elaboración de una declaración política final, aspectos organizativos de la paz o comunicación y prensa.
Además, debatirán en otros comités la proyección política y económica del nuevo partido en que se transformarán, las relaciones para el acompañamiento, control de recursos humanos y asuntos de género, detalló “Alape”.
Los delegados esperan tener las conclusiones de esos comités el próximo día jueves para ser votados y aprobados.
Desde el inicio de la conferencia, que concluirá el próximo viernes con una votación para ratificar el acuerdo de paz, los mandos que han dado declaraciones han insistido en que todos los delegados de las unidades han mostrado un apoyo unánime tanto al acuerdo como a los líderes de las Farc y los negociadores.
Entre ellos se encuentra un representante del Frente Primero que hace dos meses se declaró contra el proceso de paz.
Sin embargo, según explicó Jorge Torres Victoria, alias “Pablo Catatumbo”, también miembro del Secretariado, una parte de ese grupo de las Farc se disgregó y ese reducto no envió representante a la conferencia.
Las decisiones que toma la asamblea marcan las líneas básicas que deben seguir las Farc, por lo que si, como se prevé, ratifican el acuerdo y aprueban la dejación de armas esa instrucción será de obligado cumplimiento.
Fuentes consultadas por Efe señalaron que tanto en las sesiones como en las jornadas previas las FARC se han mostrado muy cohesionadas, por lo que las posibles disidencias serían poco numerosas.
La conferencia se ha transformado también en una oportunidad para que se dirijan a los colombianos a través de los centenares medios de comunicación nacionales e internacionales que han acudido para realizar la cobertura.
Por ello, han intentado multiplicar un lado amable en cada una de sus intervenciones debatiendo sobre temas como la inclusión de la mujer en una organización en cuyo Secretariado no hay ninguna fémina.
Otro de los puntos sustanciales de la conferencia es la conversión de las FARC en un “movimiento o partido político” que heredará buena parte de su ideario pero que renunciará al uso de las armas.
Hasta el momento poco se ha sabido de ese movimiento, que contará con unos principios claros: “combatir la corrupción”, “mantener el respeto a las ideas ajenas” y “la lucha por las ideas”.
También ha habido tiempo para que los guerrilleros hagan una exposición de sus inquietudes, entre las que está el que el Gobierno cumpla lo acordado, especialmente en lo relativo a las garantías de seguridad una vez dejen las armas.
Ese paso debe concluir 180 días después de la firma del acuerdo de paz, que se llevará a cabo el próximo lunes en la ciudad de Cartagena de Indias, tras lo cual lo pactado será sometido a un plebiscito el 2 de octubre.
EFE