“Desde hace dos meses existe un silencio total en el caso de mi padre y esta incertidumbre nos llena cada día más de angustia y dolor”, relató a EL PILÓN, Pierina López Noriega, hija del comerciante pacífico, Víctor Julio López Mora desaparecido desde el 9 de enero de este año.
Este mismo drama viven miles de familias en el Cesar y La Guajira, las cuales hasta la fecha desconocen el paradero de sus seres queridos y los motivos que originaron estos hechos.
Pierina López Noriega, una estudiante de administración de empresas de 29 años, siente que hace casi cinco meses, desde la desaparición de su padre, le cambió la vida. “Todo este tiempo ha sido muy difícil porque mi papá era la cabeza y sustento del hogar y ahora nos ha tocado batallar solas a mi madre y a mí, pues sentimos que no tenemos apoyo y eso nos entristece mucho”, manifestó.
La joven relató con tristeza cómo la tragedia que vive ha afectado la salud de su madre, quien padece de depresión, sin embargo, se refugia en sus convicciones espirituales para salir adelante.
Relató que “la zona donde sus familiares desaparecieron, es muy peligrosa, nosotras nos metimos varias veces y no nos fue bien porque es un sector indígena y esta comunidad tiene sus propias costumbres y reservas con las personas”.
La esperanza, lo último que se pierde
Pierina López relató cómo ha sido el contacto permanente que tiene con los investigadores y fiscales del caso, quienes le recomiendan que tengan paciencia y centre la confianza en Dios, quien de verdad las sostenido espiritualmente en esta angustia que vive ella y su mamá.
Esta joven y madre, manifiestan que han sufrido ataques de todo tipo, entre ellos extorsiones a cambio de información y especulaciones de la gente. Hay personas anónimas que son despiadadas porque nos han llamado diciendo que los encontraron no sé dónde o que están tirado en una fosa cerca de Majayura”.
“Sumado a nuestra angustia, nos agobia el tema económico, no es fácil porque esta incertidumbre de no saber nada sobre tu ser querido, significa acostarte y levantarte enfrentando la dura realidad y con la pregunta de qué puede pasar”, aseguró.
Esta universitaria hizo un llamado desesperado al Estado para que le colaboren en su caso y no las tengan más en el olvido.
Un ejemplo a seguir
Mara Nieto Alvárez, es una mujer que sufrió la desaparición de su hermano José Luis, hecho que marcó de dolor e impotencia la vida de su familia.
Con voz entrecortada, aseguró que es inexplicable expresar lo que sienten las familias que viven este drama producto de la guerra que se vive en Colombia.
El hermano de Mara, era un joven vendedor de tintos a quien buscaron por seis años hasta encontrar sus restos sepultados en un cementerio de Villavicencio.
A raíz de esta historia personal, creó la Fundación José Luis en honor a su hermano en la cual, según manifestó ha aprendido y apoyado a grupos de víctimas en la misma situación, en un trabajo en equipo que incluye la sanación espiritual de sus almas.
Conversatorio recuperando Memoria
Entidades involucradas en el flagelo de las desapariciones en el Cesar realizaron un conversatorio denominado ‘Recuperando Memoria’, con el fin de sumarse a la conmemoración de esta fecha.
Davianys Vargas, asesora de Paz del Cesar, indicó que “en este evento pudimos desarrollar cuatro espacios: una eucaristía, ponencia de los entes participantes, espacio para las víctimas, plegaria y ritual de luz.
El conversatorio fue realizado la tarde de ayer en el auditorio de Bellas Artes. A la jornada asistieron funcionarios de la Oficina de Paz, Fiscalía y la Misión de Apoyo al proceso de paz de la OEA.
La idea del conversatorio fue presentar el contexto histórico de la desaparición forzada, los hechos victimizantes y la desaparición forzada desde el punto de vista de género que es una situación que ha permanecido invisible a la sociedad.
Así mismo se buscó mostrar el drama de las familias de los desaparecidos.
Por Ximena Becerra