Ana Hilda Ascanio Ascanio, de 42 años, oriunda de Ocaña, Norte de Santander, falleció esta mañana en la Clínica del Norte de Barranquilla, tras haber sobrevivido a las quemaduras de segundo y tercer grado, producto de una explosión de la fábrica clandestina de juegos ocurrida el pasado domingo en el sector del barrio La Nevada.
Según explicó Yoldir Berrío Ascanio, su mamá sufrió un paro cardiorrespiratorio en la ambulancia cuando era trasladada a la capital del Atlántico el lunes en la mañana, luego fue ingresada al centro asistencial y ayer martes a las 6:00 de la mañana, le repitió el paro, pero en esta oportunidad no corrió con la misma suerte y falleció.
“Aquí en Valledupar, estamos muy dolidos, familiares, vecinos y amigos se han acercado hasta lo poco que quedó de la casa para confirmar la información y expresar su solidaridad y sentimiento de pesar por la muerte de mi mamá, quien era muy querida en este sector. Llevábamos 22 años de estar viviendo en la calle 5E número 43-63 del barrio La Nevada y es el mismo tiempo en que funcionaba la polvorería y fue la primera vez que sufrimos un percance de estos, porque en casa, todos teníamos el conocimiento del peligro que representaba el almacenamiento de pólvora negra y demás elementos para fabricar los juegos pirotécnicos y todo lo manejábamos con el mayor cuidado, para no cometer errores, pero infortunadamente ocurrió el hecho. Es más, todos nosotros éramos precavidos en caso de hacer fuego, para prender la estufa, una vela y demás quehaceres de la casa, e inclusive ninguno de nosotros teníamos el vicio de fumar, precisamente para no causar ningún error en la elaboración de los juegos pirotécnicos; es decir, actuábamos con mayor cuidado posible”.
Trámites para reclamar el cadáver
José Maximiliano Berrío Luna, natural de Valledupar, esposo de Ana Hilda, viajó con ella en la ambulancia hacia la capital del Atlántico para estar atento a la evolución de su salud, pero los esfuerzos de los médicos especialistas que la atendían, no lograron reanimarla ante las quemaduras que sufrió en casi todo su cuerpo, que le causaron su deceso a las 6:00 de la mañana de ayer martes.
Al cierre de esta edición, el cadáver aún permanecía en la morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Barranquilla y no se había definido si el cadáver lo iban a trasladar hasta Valledupar en donde residía, o si hasta Ocaña, Norte de Santander, su ciudad de origen.
Yoldir Berrío Ascanio, su hijo que vive en Valledupar dijo a EL PILÓN que todos sus familiares quieren que sea sepultada en esta capital, pero que algunos de los familiares maternos se oponen y exigen que se la lleven para Ocaña.
Por Abdel Martínez Pérez
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