Al percibir que la huelga de hambre no era el mecanismo ideal para establecer un diálogo con las autoridades departamentales, los líderes estudiantiles que se declararon el viernes nueve en huelga de hambre levantaron ayer la protesta.
Aunque preveían acampar de manera indefinida a las afueras de la Gobernación y no ingerir ninguna clase de alimento hasta lograr una mesa de diálogo con el mandatario del Departamento, Luis Alberto Monsalvo, en torno al Fondo Departamental para la Educación Superior, Fedescesar; los estudiantes replantearon la idea, desmantelando las carpas y retornando a la sede Sabanas de la Universidad Popular del Cesar.
Duraron 23 horas en huelga de hambre. Al final tuvieron descompensación en su organismo, por lo que tuvieron que ser atendidos por especialistas en salud, quienes los hidrataron por vía intravenosa.
“Logramos que el Gobernador no firmara la ordenanza (aprobada por la Asamblea, donde la razón social de las becas Fedescesar cambian a financiación condonable); eso es éxito.
Mientras no suceda no hay problema”, expresó la representante estudiantil ante el Consejo Superior de la UPC, Rosy Cotes Cortés, a través de su cuenta de Twitter, puesto que por lo extenuante de la jornada, no tenía energías para dar declaraciones.
Por su parte, el representante de las Universidades de la Región Andina del país, Willer Quilcher, quien se unió a esta manifestación, recalcó “lo único que pedimos es hablar con el Gobernador y/o una comisión que delegue”, extendiendo disculpas en nombre de la comunidad estudiantil si en algún momento se le faltó el respeto, en momentos de efervescencia del ‘cacerolazo’ y plantón.
“Nuestra intención es conversar con el Mandatario de los cesarenses y analizar los vicios jurídicos que encontramos en la ordenanza aprobada por la Asamblea; o que nos envíe un interlocutor para mediar.
Lo que necesitamos son soluciones y avanzar en pro de los estudiantes de universidades públicas”, precisó Quilcher.
El grupo de ‘upecistas’ que rechaza la modificación de las becas a financiación condonable estará en asamblea permanente hasta mañana, bajo la esperanza que el gobierno departamental atienda el pliego de peticiones que les dio a conocer el pasado jueves cuando decidieron suspender el cese de actividades académicas.
¿Por qué surge el malestar?
Los querellantes explicaron que su descontento radica en los múltiples requisitos que perciben para acceder a la financiación condonable, los cuales asemejan o les parece peor que el Icetex, explicando que “no todo los estudiantes están sisbenizados, son desplazados, afro o víctimas del conflicto, lo que consideran como excluyente”; también consideran que estipular un promedio de 3.7 viola la autonomía universitaria. Ellos sugieren que sean los mismos claustros educativos que convengan el promedio.
Annelise Barriga Ramírez
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