Las muertes violentas registradas en Aguachica en los últimos días, preocupa a las autoridades que en los últimos meses habían visto decrecer las acciones criminales en toda la región.
La semana anterior, los homicidios volvieron a aparecer en la ciudad y con ella la angustia de una población que no quiere volver a ver la estela de sangre que se extendía en los años 80 y 90, en los que Aguachica ocupaba los primeros lugares de crónica roja en los principales medios de comunicación del país.
A comienzos de diciembre, se conoció que en el barrio Siete de Agosto, un hombre enfurecido asesinó a su mujer de cuatro puñaladas; ella fue identificada como Mercedes Torres Lemus, de 39 años de edad, quien murió ensangrentada cuando iba a ser intervenida por los médicos del Hospital Regional. Días después, los organismos judiciales de la ciudad, conocieron que en el Cerro de los Chivos, un desconocido le propinó varios impactos de bala al ciudadano Brayan Patiño Bahona, de 22 años de edad, mientras que en ese mismo lugar, pistoleros acribillaron a un hombre el cual aún se encuentra como NN en la Morgue del Cementerio Central de Aguachica, en espera de ser reconocido por parte de los organismos judiciales. Seguidamente las autoridades realizaron el levantamiento del cadáver de un hombre de 29 años de edad, quien fue identificado como Rafael Quintero Cubides, quien fue abordado por desconocidos en una discoteca de Aguachica y sin mediar palabras le disparó en repetidas ocasiones hasta segarle la vida; así mismo se estableció que un hombre al parecer desmovilizado, disparó contra la humanidad de Juan Bautista Cárdenas, hijo de un reconocido compositor de música Vallenata en Aguachica, recibió dos impactos de bala en el occipital izquierdo.
Todas estas muertes han ocurrido precisamente cuando en la región del sur de Cesar, se respiraba un ambiente de tranquilidad toda vez que la ciudadanía en general se mostraba optimista por los cambios que se habían generado en materia de seguridad.
Por lo anterior, la comunidad ha confiado la pronta intervención de las autoridades, a fin de que Aguachica en esta navidad pueda sentirse alejada de toda acción violenta.
A esta preocupación por el recrudecimiento de la violencia en la ciudad, se le suma el desconsuelo de los más de cien mil habitantes de la segunda ciudad del Cesar, porque es la primera vez que en sus 263 años de historia, pasa la navidad sin luces navideñas.