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Es necesario empequeñecer el Estado central para fortalecerlo desde las regiones: Eduardo Verano

Por Carlos Alberto Maestre y Renato Laino Marchena

El exconstituyente del 91, exministro y exgobernador del Atlántico, Eduardo Verano De la Rosa, uno de los principales promotores del Voto Caribe que en 2010 reunió 2,5 millones de votos en la costa Atlántica, retoma la bandera de la regionalización y advierte que el Estado se ha concentrado aún más, en tanto crece el desequilibrio social, la ineficiencia del estado central y las tensiones sociales. Aclaró que la regionalización no significa que se acabe con la unidad del país y sostuvo que no darle paso a la regionalización es ir en contra de tendencias mundiales. Cuestionó la Ley de Ordenamiento Territorial, porque según su criterio no logró plasmar el espíritu de la constitución del 91.
Verano De La Rosa visitó las instalaciones de EL PILÓN y nos concedió la entrevista que reproducimos en sus apartes.

EL PILÓN: ¿Cómo visualiza una mejor relación Nación- Departamentos y las figuras de las regiones, qué implicaciones tiene en las finanzas públicas en el desarrollo regional y en la toma de decisiones?
E.V. Estamos en un estado que tiene una Nación que maneja el 89% de los recursos y los departamentos y municipios sólo acceden al 11 por ciento. Esa altísima concentración hace que el Estado sea ineficiente con dificultades para cumplir con los planes de Desarrollo y los programas de inversión. De lo que se trata es de una transformación de esa pirámide de la organización del Estado y llegar a que la Nación maneje un 50 por ciento, se empequeñezca y los departamentos y municipios manejen el otro 50 por ciento. Ese es un proceso de transformación y modernización del estado que ha venido dándose en muchos países.
E.P. ¿Qué país tiene un modelo como ese que nos sirviera a nosotros y si el marco de la Constitución Política permite ese cambio sin que se afecte el concepto de país unitario?
E.V. De lo que estamos hablando es de los artículos 306 y 307 de la Constitución, en el que el 306 habla de que dos o más departamentos podrán constituirse en regiones administrativas, con personería jurídica (que es lo que lo haría distinto a los Corpes), con autonomía y presupuesto propio y con el principal objetivo de un desarrollo social que puedan transformarse en el futuro en las regiones como entidades territoriales.
E.P. ¿Y primero está qué paso?
E.V. Primero es constituir la región y luego pasar a las entidades territoriales. Como lo vemos ese es un proceso perfectamente legal dentro del ordenamiento del país, constitucional, y es la única figura de la Constitución que no se le ha dado pleno desarrollo, lo cual además de ser injusto, sino además de eso no corresponde al ordenamiento jurídico que se diseñó como parte de un paquete del diseño total integral de un país. Y eso debe hacerse para que se tenga un proceso integral, conjunto para que puedan realmente haber un completo desarrollo de la Constitución de nuestro país.

E.P. ¿O sea que no es necesario hacer reformas a la Constitución?
E.V. Sí. Pero la misma Constitución lo que hace es que le delega a la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial para que le de los parámetros y dice que establecerá las atribuciones, los órganos de administración y los recursos de las regiones y su participación en los ingresos provenientes del Fondo Nacional de Regalías; como esto no lo hizo la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial estamos en una especie de limbo jurídico, entonces lo que es claro es que ese limbo jurídico el gobierno central no tiene ningún interés en salir de él, lo contrario es el gobierno central el que nos metió en esta sin salida, porque lo que lo que quiere es fortalecer cada vez más el estado central, darle cada vez más poder de gasto, poder de decisión, más concentración en el poder de decisión todo lo cual conduce hacia la ineficiencia.
E.P. ¿De 2010 acá que pasó? Recordamos que hubo aquí un debate con los entonces candidatos presidenciales con relación al Voto Caribe y la aspiración a un país de regiones.
E.V. Creo que hay que salir de este limbo, llevamos cerca de 200 años en los cuales no se les ha permitido a las regiones una organización del país de manera diferente. Estamos estancados en materia de desarrollo institucional. Y por el contrario, como decía en ese entonces Amilkar Acosta hay una especie de doble rasero, mientras se considera que es un gasto inoficioso y burocrático la aparición de las regiones, por el contrario, el Estado central si se fortalece cada vez más, y las solas reformas introducidas con los nuevos ministerios, con las nuevas superintendencias le cuestan adicionalmente al Estado unos 11 Billones de pesos, todo ello nos lleva hacia una mayor concentración del poder cuando lo que se requiere es lo contrario, desconcentrar el poder en los territorios para que estos puedan asumir la responsabilidad de sus propios manejos. Si esto no ocurre el país se estancará cada vez más y no vamos a tener la posibilidad de un desarrollo económico y social, lo que nos lleva a una situación de desesperanza, de desequilibrio, bajas coberturas en educación y salud, alto analfabetismo, dificultades en la producción de limentos y alimenticias en sus habitantes.

E.P. ¿Hay otras zonas del país interesadas en la regionalización?
E.V. Hasta la misma Bogotá tiene interés en cambiar la actual estructura del Estado. Quienes manejan a Bogotá han llegado a la conclusión de que deben promover lo que se ha denominado la ciudad región porque su relación con todos sus alrededores le exige tener una visión más regional para sus servicios, por ejemplo de acueducto; la necesidad de un nuevo aeropuerto tendrá que construirse fuera de Bogotá. La Capital misma es víctima del propio centralismo estatal. Lo mismo ocurre con Antioquia, con los santanderes, con el Tolima y el Valle del Cauca.
De lo que se trata, entonces, es de empequeñecer al estado, para que pueda aparecer una mayor fortaleza del estado en los niveles territoriales. Pasaríamos de un estado nacional a un estado regional, lo cual no significa que se pierda la unidad del país, por el contrario, no permitir que esta dinámica del fortalecimiento regional sería ir en contra de lo que está ocurriendo no sólo a nivel internacional, sino de las propias dinámicas internas en la necesidad de expansión de la economía y especialmente de los asuntos sociales en los niveles locales, lo que podría traer no solo más atrasos sino tensión que podrían atentar contra su propia unidad.

E.P. ¿Cómo quedaría en la regionalización el asunto de las llamadas poblaciones minoritarias como las indígenas?
E.V. Si la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial hubiese dado un tratamiento adecuado a las regiones y a las comunidades indígenas, seguramente hoy ellos tendrían instrumentos autonómicos que seguramente les habría permitido disminuir las tensiones que hay en este momento con esas comunidades. En el proceso constituyente de 1991, esas comunidades lograron que aparecieran en el ordenamiento organizativo de nuestro país, las entidades territoriales indígenas, sin embargo, también se soslayaron, también se burlaron, no se les dio la oportunidad no solo de parecer, sino de fortalecerse.

Categories: Política
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