Terminó angustiosa búsqueda
Por: Damaris Rojas Quintero
“Mi hermano, un vendedor de tinto, que nunca había salido de Valledupar, tierra donde nacimos todos- 10 hermanos- apareció, varios años después, enterrado en San Martín, Meta”, dijo una de las mujeres que asistió a recibir los restos de su hermano, en remplazo de su madre, quien no tuvo la fuerza para hacerlo.
Así como esta historia, 20 más se escucharon en uno de los salones de eventos de un reconocido hotel de la ciudad donde fueron convocadas 21 familias por las diferentes entidades participantes en el procedimiento de exhumación de los restos de estas personas desaparecidas, según las autoridades, por la acción de grupos de las AUC.
El componente de entidades para este procedimiento estuvo conformada por CTI y CTI seccional Cesar, Das, Usaid, la Unidad satélite de Justicia y Paz, Registraduría, Notaría, Defensoría del Pueblo, Procuraduría, antropólogos de Bogotá, la Policía y el Ejército Nacional, entre otras.
En el salón, los gemidos de los apesadumbrados familiares que intentaban reprimir el llanto, estremecían al resto del auditorio. Con música suave de fondo, se mencionó los nombres de cada de las 21 víctimas. Acto seguido, los familiares recibían una arreglo de flores blancas. También se escuchó a las personas que quisieron compartir su historia a manera de homenaje, con el resto del grupo que se unió en un solo dolor.
Frente al auditorio, conformado por los familiares, estaban 21 pequeños ataúdes que guardaban los restos de las víctimas, diferenciados por los nombres -impresos en una cinta- y su respectiva fotografía.
Estas personas, en su mayoría, pertenecían a sectores de escasos recursos, quienes se desempeñaban como campesinos, pequeños agricultores o comerciantes que procedían de Dibulla, en La Guajira; San Ángel, en el Magdalena; en el Cesar; Codazzi, Caracolicito y Valledupar, entre otras.
Luego de la sentida ceremonia, los familiares, quienes fueron previamente asistidos por un grupo de sicólogos, darían cristiana sepultura a sus seres queridos para por fin terminar, no de la manera que hubieran preferido, con la angustiante búsqueda y el desespero de no saber sobre ellos. “Ahora tendré un lugar donde llorarlo”, dijo una de las madres que recibió los restos del mayor de sus cuatro hijos.
Por su parte, el fiscal coordinador de la subunidad de apoyo de la Unidad Nacional Para la Justicia y la Paz, Nibaldo Javier Jiménez explicó que este proceso -exhumación de fosas- empezó desde 1995 y desde entonces a nivel nacional se han recuperado 3 mil 156 cadáveres que han sido encontrados en 2 mil 586 fosas.
De esta cifra, mediante el programa de Justicia y Paz, se han entregado 682 cuerpos que han sido sometidos para lograr su plena identificación a pruebas de ADN. Las otras formas de identificar son mediante carta dental y huellas pero debido al estado de los restos, la identificación solo es posible, con el cotejo de las muestras de ADN que, según Jiménez, aunque es el proceso más demorado, determina en un 99 por ciento las características de las víctimas. También reveló el funcionario que 100 cuerpos más permanecen en los laboratorios en proceso de identificación.
En su declaración, el coordinador de fiscal especificó que 410 casos pertenecen al departamento del Magdalena de los cuales 189 cuerpos han sido entregados; en el Cesar, se manejan 189 casos de los cuales se han devuelto a sus familiares, 32 cadáveres.
Las víctimas
Las víctimas fueron identificadas como Ángel Miro Isaza, Aurelio de Jesús Liñán Aponte, Braulio Emilio Cantillo Estrada, Carlos de los Santos Cantillo Carvajalino, Ever Adolfo Arias Montero, Jeremias Antonio Arroyo Izquierdo, Geiner Guillén Churio, Ismael Navarro Payares, Hamilton Guevara Vázquez, Jesús Briñez, José Alfredo Aroca Agámez , José Luis Nieto Álvarez, Luis Felipe Ortiz Ballestero, Romel Antonio Toloza López, Víctor Alfonso Pinto Suárez, Víctor Manuel Andrade García, Wilfrido de Jesús San Martín Pizarro, William Alfonso Martínez Burgos, Yamit Enrique Pérez Gutiérrez, y Yaneth del Amparo Carmona Tejera y Yonklin Yelith Redondo.
Problema nacional
Mientras que en el departamento de La Guajira, 89 procesos son llevados, de los cuales 9 han sido resueltos.
Aunque no pertenece a nuestra región, el funcionario mencionó el departamento de Nariño, donde afirmó que 51 cuerpos –algunos de los cuales han sido hallados en el departamento del Cesar- son sometidos al proceso de identificación, de los cuales, 5 han sido resueltos.
“Seguiremos luchando para que las familias que tienen un ser querido desaparecido en estas condiciones, lo recupere. Es una forma de resarcir tanto daño”, dijo Jiménez.
Agregó además que para ellos es muy doloroso no haber encontrado, después de 80 exploraciones, los restos de sus compañeros de trabajo. “Estos resultados, basados en investigaciones y versiones de desmovilizados acogidos al programa de Justicia y Paz, alienta a las personas a confiar en nosotros”.