Valledupar a lo largo de su historia ha desarrollado múltiples tradiciones y ha sido relieve en cuanto a folclor y música, la más importante quizá es el vallenato como género musical, lenguaje creado al son del acordeón. El vallenato es uno de los géneros musicales más queridos por toda Colombia e incluso es reconocido a nivel mundial. Los valduparenses se caracterizan por reír, gozar y llorar con cada sentida letra y bailar hasta el amanecer con el sabor de su música.
Según algunos campesinos, el origen de su nombre procede de un neologismo que nació con los nativos viajeros en mulas que cuando se les preguntaba en otras tierras de dónde eran, en su decir campesino respondían “Soy nato del Valle”, que es como decir “Soy del Valle nato”. El historiador Tomás Darío Gutiérrez indicó que el vallenato está reconocido como un género musical autóctono de la costa Caribe de Colombia, que encierra zonas de la antigua provincia de Padilla, actualmente llamada La Guajira, también la parte norte del Cesar y oriente de Magdalena y parte histórica de la región sabanera, comprendiendo los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba.
No obstante, Valledupar no es solo casa del vallenato, sino también de la Piqueria, la cual ha sido de gran importancia para la ciudad, y la leyenda de ‘Francisco el hombre’ es un gran ejemplo de este ritmo musical que poco a poco fue incrementando su auge con dos grandes exponentes: Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta Baquero, a quienes se les atribuye como creadores. Los verseadores aprovechan un momento de la parranda para, de forma espontánea, crear versos de cuatro o más palabras.
La ‘Cacica’ Consuelo Araujonoguera en su libro “Lexicón del Valle de Upar”, define a la Piqueria como “sustantivo de rancia estirpe vallenata, duelo musical entre dos cantantes o repentistas de la música vallenata”.
Adalberto Gutiérrez, quién desde muy niño ha dedicado su vida a los aires del vallenato se ha caracterizado en su casa y en las parrandas por ser un verseador, de aquellos que de manera precisa tienen la capacidad de armar un verso improvisado, que rime, se acople al ritmo, pero que sobre todo, sorprenda por su originalidad, ya que parranda que se respete tiene un verseador presente, de esos que con su ingenio logran crear versos que ‘prenden’ las fiestas.
INCLUSIÓN AL FESTIVAL
Pese a que la Piqueria siempre ha estado ligada al folclor vallenato, fue solo hasta el año de 1979 cuando el Fundación de la Leyenda Vallenata decidió abrirle un espacio, siendo Andrés Beleño el primero en coronarse rey en esta categoría que, con el pasar de los años, se hace más vistosa y gana más seguidores.
Así, los sonidos de un acordeón, el palpitar de la caja y la guacharaca dan inicio a esta categoría que emociona a los espectadores. “Hoy en día, la habilidad de los verseadores, además de evidenciarse en las parrandas, se mide año tras año en el concurso de piquería, instituida en el 1979 como evento oficial del Festival de la Leyenda Vallenata.
Más de 20 nombres han dejado su huella como reyes de la piquería, privilegiados personajes con gran capacidad de improvisación y con una fuerte concentración, pues, aunque pudiera parecer sencillo, el arte de hacer versos no es para todo el mundo, se requiere de una gran rapidez mental para elaborar versos que nacen y se crean de forma espontánea, fluida e improvisada de acuerdo al momento”, acotó el historiador Gutiérrez.
LA GOTA FRÍA
Cuando se habla de Piqueria hay que mencionar el clásico repertorio vallenato ‘La gota fría’ de Emiliano Zuleta Baquero, en donde relata el duelo que por diez años libró con el acordeonero Lorenzo Morales.
“Me lleva el o me lo llevo yo
Pa’ que se acabe la vaina
Me lleva el o me lo llevo yo
Pa’ que se acabe la vaina”
Por su parte, el premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez calificó ‘La gota fría’ como símbolo de sencillez, ingenio y preciosura literaria. Por otra parte, el reconocido cantante Carlos Vives gracias a la interpretación de la misma, le dio la vuelta al mundo con esta majestuosa obra musical.
Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN