Leidy García Quintero, de 15 años, oriunda del municipio de Aguachica (Cesar), y residente en el barrio El Oasis de la ciudad de Santa Marta, se encontraba desaparecida desde la semana pasada y el lunes su cuerpo fue hallado enterrado cerca a la vía Alterna al Puerto, cerca de la quebrada Tamacá, en jurisdicción de la capital del Magdalena.
Un verdadero drama viven los familiares de la joven, quienes en el 2001 salieron de territorio Cesarense en búsqueda de un mejor futuro en el corregimiento de Buritaca y después de unos años decidieron asentarse en el barrio El Oasis de Santa Marta.
Rosaura Quintero, aseguró que su hija estaba desaparecida desde el pasado lunes, y que la última persona que la vio fue una compañera de clase, quien la acompañó hasta subirse a un mototaxi.
“Leidy salió del colegio el pasado lunes y visitó a María Alejandra, una compañera que vive en Ondas del Caribe, allí estuvo un rato porque la hermana estaba de cumpleaños. Luego le pidió que la acompañara a coger una moto porque necesitaba hacer un mandado en Galicia, después de eso no se supo más nada”, manifestó la desesperada madre.
El miércoles 7 de marzo, al poner la denuncia en un CAI de la Policía en busca de una solución a su incertidumbre encontraron más intranquilidades por una sorpresiva llamada.
“Estando allí recibí una llamada de un hombre que me dijo que no me preocupara por Leidy, que ella se encontraba bien”, dijo una hermana de la víctima.
De inmediato le notificó al oficial, quien le arrebató el celular, dialogó con el presunto raptor y le dijo que la llamada estaba interceptada por el Gaula, por lo que el desconocido colgó.
“Yo no sabía que mi hija tenía un novio, pero el hombre al que le dicen Harry, trabaja como taxista dice que no tenían nada”, explicó Rosaura Quintero, en las afueras de la URI de la Fiscalía.
El Subcomandante de la Policía del Magdalena, coronel Henry Rodríguez aseguró que no se tienen móviles sobre el crimen, y habrá que esperar el dictamen de Medicina Legal para determinar las verdaderas causas de su muerte.
Debido al alto estado de descomposición en el que estaba el cadáver, este tuvo que ser trasladado desde Santa Marta, hasta la morgue de Medicina Legal en Barranquilla donde se le practicó la necropsia y otros exámenes para determinar si la víctima fue abusada sexualmente.