El 13 de noviembre de 1985, el volcán Nevado del Ruíz hizo erupción, expulsando gases, rocas, lodo, ceniza y aire caliente que provocó que una parte del glaciar se derritiera y una avalancha, que bajó por el cauce del río Lagunilla, sepultará a más de 25.000 personas en el municipio de Armero, Tolima.
Los momentos de angustia y terror se conocieron en horas de la mañana luego que un piloto viera desde el aire la magnitud de la tragedia y diera aviso a las autoridades que el pueblo estaba sumergido en el lodo y escombros.
A raíz de la tragedia, el papa Juan Pablo II visitó ocho meses después las ruinas de la conocida ‘Ciudad blanca’ y de rodillas oró frente a una cruz por las víctimas.
Este miércoles, con una ceremonia religiosa y la tradicional lluvia de flores se conmemoraron los 34 años de la tragedia que aún sigue presente en la memoria de los colombianos.
Omaira Sánchez se convirtió en el símbolo de la tragedia. Omaira Sánchez se convirtió en el símbolo de la tragedia.
Cada año miles de peregrinos de diferentes ciudades de Colombia y el extranjero visitan el lugar para rendirle un homenaje a las víctimas.
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