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En Aguachica un hombre mató a su hermano en disputa por un burro

Insólito:

En la vereda San Miguel de Aguachica, un hecho violento ocurrido la tarde del domingo anterior, mantiene compungida a la comunidad que  repudió la muerte de uno de sus habitantes.
Según se pudo conocer, Miguel Avendaño Pavas de 32 años de edad, decidió en horas de la mañana del domingo ir a visitar a sus padres que viven en la vereda Peralonso, a una hora de camino, pero al ver la trocha un poco afectada por el invierno, se le hizo fácil llevarse un burro que estaba amarrado cerca de su casa y cuando regresó, su hermano Uriel Avendaño Pavas, de 44 años, lo estaba esperando furioso porque sin su permiso se había llevado el animal de carga.
Los fuertes reclamos pasaron a mayores, Miguel Avendaño sólo le ofreció disculpas a su hermano por el incidente, no sin antes explicarle que había tomado su burro para ir a llevarle una ayuda económica a sus padres, pero Uriel no aceptó sus explicaciones y sin inmutarse le propinó dos impactos de bala con una escopeta calibre 16, provocándole la muerte instantáneamente.
Miguel Avendaño, según las autoridades, recibió un impacto en el occipital de la porción basilar derecha y uno en el intercostal derecho; que le provocaron la muerte  en el acto.
Una vez conocida la acción violenta, las autoridades judiciales de  la Policía, llegaron hasta la vereda San Miguel, y después de realizar la inspección y reconocimiento del cadáver, iniciaron la búsqueda del homicida, quien huyó una vez cometió el crimen.
La comunidad por su parte, se ofreció a colaborar en todo lo necesario para dar con el paradero de Uriel Avendaño Pavas, quien según algunos allegados a la familia, pudo tomar el camino que conduce hacía El Carmen, Norte de Santander, mientras que varios parientes del occiso aseguraron que ayer en la mañana fue visto rondando por la parte cercana a la morgue del Cementerio Central de Aguachica, donde médicos legistas realizaban la necropsia a Miguel Avendaño.
“Ese hombre se llenó de rabia y lo primero que hizo después de ofender airadamente a su hermano, fue tomar la escopeta y dispararle  sin pensar en las consecuencias; tal vez, se encuentra arrepentido de lo que hizo y por eso anda rondando por el cementerio; para mí, es  mejor que se entregue a las autoridades para que pague por el error gravísimo que cometió”, comentó Fabián López, habitante de la vereda San Miguel.
Ayer cuando el cadáver fue entregado a sus familiares, se vivieron desgarradoras escenas de dolor, ya que Miguel Avendaño Pavas, gozaba de buen aprecio en la vereda donde vivía; de allí todos los domingos salía a visitar a sus padres para llevarles algo de dinero y estar al lado de su progenitora.

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