Sigue creciendo la emergencia en los municipios del sur del Cesar que se encuentran a orillas de los ríos Magdalena y Lebrija, a raíz de la fuerte arremetida que presenta desde comienzos de noviembre y que hasta la fecha ha subido su nivel en más de tres metros con 75 centímetros.
De acuerdo con los organismos de socorro, estos dos ríos, en un mes, han dejado por lo menos 15 mil familias damnificadas, de las cuales, la mayoría han tenido que ser evacuadas a sitios más seguros.
Sobre lo delicado de la situación que se vive en los municipios de Gamarra, y cuatro corregimientos; Aguachica en los corregimientos de Barrancalebrija, Puerto Patiño, Loma de Corredor y Campo Amalia, en Tamalameque y La Gloria; estos dos últimos municipios tienen el 40 por ciento de su territorio bajo las aguas.
Las familias damnificadas se encuentran, en estos momentos, en algunos sitios de albergue provisional mientras que se cuente con las carpas suficientes para poder situarlas como especie de un campamento en el que todos tengan acceso a la alimentación y servicios médicos.
Las familias damnificadas precisaron ayer que muchos menores de edad se encuentran enfermos, a raíz de las fuertes inundaciones que resisten desde noviembre pasado, por lo que se necesita con urgencia la realización de una brigada de salud en la que puedan ser atendidas todas las personas que han resultado enfermas a causa de las inundaciones.
Lo que se necesita con urgencia, es evacuar a todas las familias que se encuentran en sectores críticos para reubicarlas en albergues temporales para que puedan pasar allí las inundaciones que ha provocado el caudaloso río Magdalena.
No creen en auxilios de Minagricultura
Los agricultores del sur del Cesar que perdieron la totalidad de sus cosechas y que para este segundo semestre habían sembrado 35 mil hectáreas de arroz, yuca y maíz, señalaron que no creen en los auxilios y apoyo prometidos por el Ministerio de Agricultura.
Señalaron que hace tres años hubo una devastación de cultivos similar a la que ha provocado el invierno actual, y para los que perdieron todas sus cosechas, en la región de La Gloria y Pelaya, el ministro de ese entonces, Andrés Felipe Arias, sólo ordenó doscientos mil pesos por hectárea, siendo que para levantar una hectárea de arroz, se invierten más de cinco millones de pesos, más la semilla y la preparación de la tierra.