No hay duda de que la presidenta de Croacia fue uno de los centros de atención en la Copa del Mundo por hacer aquello que es correcto pero poco frecuente en los primeros mandatarios: pagar de su bolsillo sus actividades personales. Kolinda Grabar pagó sus pasajes, viajó en un vuelo comercial e hizo que sus días en Rusia contarán como vacaciones sin goce de haberes.
Sin embargo, con el fin del Mundial Rusia 2018, han revelado el “pasado oscuro” de Kolinda Grabar, quien no ha estado exenta de la polémica política en su país.
Según la agencia EFE, la primera presidenta croata defendió en 2015 la construcción de vallas en las fronteras para evitar la entrada ilegal de refugiados. “Creo que en el futuro será necesaria alguna valla u obstáculo físico”, manifestó la mandataria conservadora que se opuso también a las cuotas de reparto de refugiados acordadas en la Unión Europea.
En el 2010, cuando era embajadora de Croacia en Estados Unidos, salió a la luz que su esposo, Jakov Kitarovic usaba el vehículo oficial de la embajada para fines privados. Fue un escándalo de dimensiones pequeñas, que se esclareció después de una investigación interna del Gobierno, y ella misma pagó los gastos generados por esta infracción, publicó El Confidencial.
Banderas ustachas
En 2016, ya como presidenta, causó un escándalo en Croacia cuando se dejó fotografiar con la bandera de los ustachas, los fascistas croatas que se pusieron al servicio de los nazis contra judíos, gitanos, serbios y bosnios musulmanes.
Relación con Zdravko Mamic
Actualmente, la presidenta es cuestionada por su amistad con Zdravko Mamic, que fue condenado a seis años y medio de prisión por corrupción en un caso de traspasos fraudulentos, aunque permanece en su residencia de Bosnia, desde donde no puede ser extraditado.
“Kolinda es cuestionada por rehusarse a hablar sobre sus lazos con Mamic. Además de ello, la prensa local reveló que la mandataria habría recibido donaciones de este hombre durante la campaña presidencial”, señala El Comercio.