El pasado miércoles 28 de agosto, el presidente Gustavo Petro pidió un acuerdo de paz entre los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, haciendo referencia a la división política que existe dentro del pueblo arhuaco.
“A los pueblos indígenas de la Sierra les pido un acuerdo de paz porque el corazón del mundo debe ser un lugar en paz, sin armas”, expresó el mandatario desde Nabusímake (Pueblo Bello), capital arhuaca.
No obstante, el jefe de Estado manifestó que parte de la inestabilidad estaría fundamentada en el accionar público y la dinámica electoral: “Aquí, al Gobierno y políticos les gustan los votos y quieren las amistades de unos y de otras y no se van dando cuenta que con el poder del Gobierno y el dinero público van ocasionando es el desastre de la organización indígena y comunitaria en el país”.
La respuesta
Desde otro punto de la Sierra, en Sabana Crespo, municipio de Valledupar, los mamos, líderes y lideresas arhuacas aprovecharon la visita del ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa (quien aseguró que compartía el llamado a la unidad) el reciente fin de semana para exponer sus posiciones y enviarle un mensaje al presidente.
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“Desde acá nosotros vemos que la misma acción del Gobierno es la que está incentivando, alimentando, la supuesta división del pueblo, eso viene más bien desde afuera, porque usted puede ver aquí la unidad”, le dijo Rigoberto Torres, coordinador de Territorio de la Confederación Indígena Tayrona, a Correa, parafraseando el mensaje de los mamos.
Desde este sector reconocen a Zarwawiko Torres como cabildo gobernador, mientras que otras orillas políticas, liderada por el excabildo José María Arroyo, denunciaron su elección y lograron que fuera suspendida.
“Él tuvo registro por un año y luego fue suspendido, de ahí, la Corte lo que hizo fue dejar de manera permanente la suspensión y ordenó realizar nueva Asamblea, eso se hizo y se ratificó la elección de Zarwawiko, pero dicho proceso no fue escuchado por el Ministerio del Interior, entidad competente para el registro de los gobernadores del pueblo indígena”, recordó el coordinador.
¿El Gobierno está escuchando a todas las partes?
Ante unos 500 indígenas que recibieron al ministro, el vocero indígena afirmó que el Gobierno solo ha tenido interlocución con ciertos miembros del pueblo arhuaco, los mismos que, según él, aunque coordinan asuntos comunitarios “no están con el pueblo”, razón que explicaría la ‘poca asistencia’ a la más reciente visita del presidente.
“En esta última venida del presidente no le asistieron más de 200 miembros del pueblo arhuaco porque las autoridades con las que está articulando no son autoridades legítimas, ahí está quien fue autoridad en su momento, Rogelio Torres, y quien ha tenido influencia directa hoy es la misma embajadora de derechos humanos ante las Naciones Unidas que tiene el Gobierno (Leonor Zalabata), ella ha impulsado que no se pueda dar el registro de la nueva directiva”, declaró Torres en entrevista con EL PILÓN.
“No hay división”: Torres
Torres insistió en que no hay ninguna crisis de gobernabilidad, pero instó al presidente y su gabinete ministerial a dialogar directamente con la “estructura propia del pueblo” y la organización que tiene asiento en la mesa permanente de concertación a nivel nacional, la Confederación Indígena Tayrona.
“Dentro del pueblo arhuaco hay unión, no existe división, pero quienes dicen que existe división son algunos líderes que tienen interlocución con el Gobierno, que tienen acceso a medios de comunicación y a algunos funcionarios, pero realmente el pueblo no tiene división dentro del territorio, eso es hablar políticamente, pero en la práctica, dentro del pueblo, no existe tal división”, recalcó el abogado.
Sin embargo, el presidente dijo en Nabusímake que las diferencias deben ser dirimidas por el mismo pueblo arhuaco, entendiendo su autonomía, en lo cual coinciden otras voces consultadas.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN
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