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El jubileo de plata del sacerdote de San Juan del Cesar

POR: RAFAEL HUMBERTO FRÍAS MENDOZA

Este primero de noviembre es una fecha trascendental e histórica para la feligresía sanjuanera, porque el almanaque marca una efeméride más en la vida personal y sacerdotal del presbítero Iván Enrique Peláez Manjarrez, el cura párroco del municipio de San Juan del Cesar, quien arriba a sus veinticinco aniversarios de ordenación sacerdotal, razón por la cual la comunidad católica y cristiana se encuentra de fiesta, conmemorando las bodas de plata de este humilde sacerdote de Jesucristo, el cual ha edificado su propia estatura ministerial inspirado en los dones divinos y en el legado que heredó del Nazareno de la Cruz, en cuyo modelo y entrañas encontró sentido su camino vocacional de santidad.
El Padre Iván Peláez, es un villanuevero, que en vez de piedra, siembra la palabra de Dios en nuestros duros corazones, con medio siglo de vida y bodas de plata en el sacerdocio, es la antorcha que en representación de la iglesia católica ilumina el camino de los sanjuaneros desde el año 2.000 hasta nuestros días. Como miembro de La Gran Comisión viene llevando la palabra de Dios por todos los confines de nuestra tierra, en testimonio de una vida entregada al evangelio y colmada como es natural de obstáculos, pruebas y sufrimientos. Desde entonces, viene siendo el faro de orientación de las presentes y futuras generaciones con los actos litúrgicos que predica, enfatizando en el sacramento de la fe en todas y cada una de las comunidades parroquiales que dirige, haciéndonos vibrar de gozo y reflexión  con sus sermones colmados de realidades y  de plegarias muy sentidas, conservándose fiel al ministerio sacerdotal desde su origen, y perseverando siempre en su vocación, y en ese llamado entrañable que Dios le hiciera a servirle.
San Juan del Cesar, es un pueblo apegado a sus costumbres, pero de igual manera al respeto divino y al campo, al realismo mágico de sus canciones, al talento de sus juglares y a la belleza encantadora, exótica y hacendosa de sus mujeres, lo cual sirvió de nicho espiritual para que el talento sacerdotal de este siervo del Creador, despertara la llama del  avivamiento en este pueblo de Cristo y católico por excelencia, quien le rinde culto primero a Dios, luego a la familia y también a la amistad, interpretación hecha a la perfección por nuestro párroco, tan inteligente, como carismático.
Hoy, veinticinco años después del ejercicio sacerdotal del padre Iván Peláez, doce de ellos los ha dedicado a la población del Municipio de San Juan del Cesar, los cuales ha vivido en la plenitud de su fe, de su amor, de su alegría y de su entrega generosa a este pueblo santo de Dios, dando  muestra de su fecunda obra pastoral en muchas comunidades urbanas y rurales del municipio y en diversos servicios diocesanos que han exigido de su sacrificio, fidelidad y amor por la santa iglesia, destacándose por sus servicios religiosos en la parroquia y fuera de ella, y por su perfil ministerial en la búsqueda de una liturgia viva, consciente y participativa con servicio a los pobres y atención al ambiente rural.
Hoy, toda la iglesia sanjuanera en pleno, comparte su íntimo gozo sacerdotal y quiere tributarle un merecido reconocimiento a los servicios pastorales que ha desempeñado, pero más que un homenaje en vida, el pueblo de Monseñor Dávila, quiere agradecerle, por todas las enseñanzas y buenos ejemplos transmitidos, por todo el afecto y ayuda brindada oportunamente, por toda la fe, oraciones y comprensión dedicada a este nuestro pueblo sanjuanero. Gracias Padre Iván por compartir con nosotros este jubileo de plata, gracias por consolidar su vocación en nuestro terruño amado, por su carisma, por su eficiencia sacerdotal, por ofrecer su vida con entrega generosa y obediencia  a muchas de nuestras comunidades necesitadas, por su esplendida tarea y por permitirnos contemplar a Jesús desde sus ojos, como el sacerdote de la comunidad sanjuanera.
Los sanjuaneros hacemos votos, cantamos alabanzas y elevamos plegarias para que su corazón siga ardiendo en la fe y que su enriquecedora experiencia sacerdotal por el camino recorrido, le permita ser elegido y llamado a participar del sacerdocio eterno, queremos que el espíritu santo lo siga colmando con sus dones y lo consagre con su santa unción para que siga enalteciendo la iglesia cristiana y la obra de Dios en nuestro pueblo ¡Felices bodas de plata!

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