En las sillas de las afueras del Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar, Isabel Viana Padilla optó por sentarse con el cuerpo sin vida de su sobrina de un año y once meses de edad, Mónica Luz Viana Viana, luego de que por más de cuatro horas ni el centro asistencial ni en el Instituto de Medicina Legal recibieran el cadáver.
La menor, que al parecer tenía un mal congénito, se levantó cerca de las cinco de la mañana de ayer llorando, buscando el consuelo de la madre, y mientras era atendida por la abuela que la cuidaba falleció. El hecho ocurrió en la finca ‘Las Garzas’ ubicada a las afueras de esta ciudad.
“La niña despierta llorando, llamando a la mamá y de repente se desmayó en los brazos de la abuela y cuando le quiso colocar una bomba para la respiración, murió”, dijo la tía de la menor, Isabel Viana Padilla.
Al instante, Padilla en el afán de trasladar a la niña para llevarla ante profesionales de la salud llamó a un conocido que reside en el barrio Don Carmelo, para que desde su motocicleta subiera a la finca y los trasladara al Hospital Rosario Pumarejo, a donde la menor llegó sin signos vitales.
Sin embargo, allí la tragedia familiar apenas empezaba. Padilla tuvo que pasearse por muchas horas con el cadáver porque “en el puesto de salud al que llegaron no le permitieron dejar a la niña ni en el Instituto de Medicina Legal en el momento se la recibieron”.
“Vinimos al Hospital y no quisieron recibirla porque ya venía muerta, nos mandaron a Medicina Legal y allí lo que nos dicen es que tenemos que llamar al CTI o Policía porque se tenía que hacer levantamiento de cadáver. Muy mal la situación porque desde las seis de la mañana que llegamos nos tuvieron de un lado a otro”, expresó Padilla, quien junto con el padre de la criatura y el conocido que los transportó, tenía a la bebé fallecida en los brazos.
Al respecto, el médico cirujano, Frank Buendía, informó: “Es una niña que llegó sin signos vitales a la urgencia. Entonces el trámite es que hay que darle la causa de la muerte, por consiguiente el proceso se traslada a Medicina Legal, para que entonces este revise que el paciente tiene un diagnóstico de la Fundación Cardio Infantil de Bogotá e Instituto Cardiovascular con una cardiopatía congénita en tratamiento. El proceso es que Medicina Legal inmediatamente debió gestionar el acta de defunción con la institución que en este caso es la Clínica Cardiovascular que lo atendió en el último semestre, porque hay una resolución que dice que debe ser la última EPS que la atendió, la que tiene que darle el certificado de fallecimiento”.