RIO DE JANEIRO (AP)
Las temperaturas más altas en medio siglo, podían más que las ganas de festejar, después de cinco días de bailar, beber y besarse en las calles durante el Carnaval.
El verano carioca ha registrado temperaturas récord de hasta 44 grados, las que sumadas a la sofocante humedad de la ciudad junto al mar, acrecientan las posibilidades de sufrir alguna descomposición.
El martes la temperatura era de 41 grados. El doctor Luis Fernando Correa habló por la red de televisión Globo para advertir a los festejantes que “beban mucho… pero nada de alcohol”.
Quitarle el alcohol a lo que los brasileños llaman la fiesta más grande del mundo, sin duda es difícil. Las autoridades de salud dicen que más de 1.400 personas recurrieron a los servicios desde el sábado, en su mayoría por trastornos ocasionados por el calor.
“Durante el Carnaval, la gente sale a la calle, se divierte, se olvida de hidratarse e incluso de tomar los medicamentos que necesitan”, dijo Correa. “¡Gente, beban agua!”
Las tórridas temperaturas afectaron a muchos participantes de los desfiles del lunes por la noche, que vestían disfraces pesados.
El año anterior, las otras reinas del Carnaval, algunas con enormes tocados y alas de plumas sujetas a la espalda, se desplomaban en lo alto de las carrozas y pedían a la gente nueve metros más abajo que les lanzaran botellas de agua.
Pero el calor no detuvo a la mayoría de los bailarines de samba, cuyos movimientos y estado atlético no les van en zaga a los de los famosos futbolistas de este país.