El pasado viernes, la plataforma dedicada al intercambio de criptomoneda FTX se declaró en bancarrota luego de que miles de inversionistas sacaran sus activos por temor a perder sus fortunas.
Ante esto, Ryne Miller, asesor jurídico de FTX en EE. UU., inició investigaciones por presuntas irregularidades en unas transacciones no autorizadas. “Aunque sin confirmar, hay indicaciones iniciales de que 473 millones de dólares en criptoactivos fueron robados de FTX anoche”, dijo la firma en un comunicado.
De acuerdo con algunos medios que han analizado este caso, la empresa FTX usó miles de millones de dólares depositados por sus clientes para financiar arriesgadas inversiones a través de su firma Alameda Research, lo que habría generado dudas e incertidumbre en las personas, quienes apresuradamente retiraron su dinero.
Bankman-Fried, de 30 años, y fundador de de la compañía, pidió disculpas en un tuit y agregó que FTX “hará todo para levantar fondos”. Según medios estadounidenses, la fortuna del fundador de FTX, de unos 16.000 millones de dólares, se evaporó en pocos días.
Según Bloomberg Wealth, la firma vale ahora menos de US$1.000 millones, lo que representa una caída del 94% de su valor en un solo día.
LAS CONSECUENCIAS
Expertos están preocupados por lo que pueda suceder, especialmente porque el mundo de las criptomonedas está atravesando por un “criptoinvierno”, es decir, una etapa sostenida de precios bajos.
“Este es un evento de cisne negro que agrega más temores en el mundo de las criptomonedas. Este frío invierno para las criptomonedas ahora genera más miedo“, dijo a la BBC Dan Ives, analista senior de acciones de Wedbush Securities.
Y como si se tratara de un efecto dominó, el bitcoin, la mayor divisa digital, llegó a su precio más bajo desde 2020 y como ella, otras criptomonedas fueron arrastradas hacia un pozo cuyo fondo sigue siendo incierto.