Por MATTHEW LEE y KIMBERLY DOZIER,Associated Press
WASHINGTON (AP) — El gobierno de Barack Obama fue tomado por sorpresa el 11 de septiembre con un feroz ataque en contra del consulado estadounidense en la ciudad de Bengasi, Libia, que dejó muertos al embajador y a otros tres estadounidenses. Ahora, se prepara para otra posible erupción de manifestaciones violentas en algunos lugares del mundo musulmán después de las plegarias semanales del viernes, cuando tradicionalmente se realizan las protestas en el Medio Oriente y el norte de Africa.
Ya se han desatado manifestaciones violentas debido a un video antiislámico en Egipto y Yemen, y los funcionarios tienen la teoría de que extremistas libios bien armados utilizaron una protesta similar para realizar un ataque en el que murieron también guardias de seguridad libios.
Estados Unidos ha puesto a todas sus misiones diplomáticas en alerta máxima. La secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, hizo una condena explícita al video, con lo que el gobierno espera evitar más revueltas en sus embajadas y consulados.
“El gobierno de Estados Unidos no tiene absolutamente nada que ver con este video”, dijo previo a una reunión con el ministro marroquí del Exterior en el Departamento de Estado. “Nosotros rechazamos absolutamente su contenido y mensaje”.
“Para nosotros, para mí en lo personal, este video es desagradable y reprensible”, dijo Clinton. “Al parecer tiene un profundo y cínico propósito: denigrar a una gran religión y provocar ira”.
Funcionarios estadounidenses sospechan que el ataque en el consulado de Bengasi, que también fue el objetivo de un ataque fallido en junio, quizá sólo se relacionó tangencialmente con la película.
Asimismo, hicieron énfasis en que no ha habido ninguna advertencia previa ni datos de inteligencia que indiquen una amenaza en Libia que amerite incrementar la seguridad, incluso en el aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.