Promover la educación técnica y tecnológica con enfoque de género, en asocio con el Sena, Comfacesar y Uparsistem, así como jalonar recursos para la ejecución de obras civiles, promover el turismo, unir esfuerzos institucionales y crear una política pública de apoyo a los campesinos del municipio, son algunas de las propuestas que expuso el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, para enfrentar el fenómeno de desempleo que vive el departamento y especialmente su capital Valledupar.
Estas conclusiones responden a la segunda temática que aborda el Cesore, conjuntamente con EL PILÓN, sobre la situación social y económica de la región, para cualificar el debate electoral, darle altura a la discusión programática y entregar insumos a las campañas políticas para que los candidatos hagan sus respectivas propuestas.
Así, luego del primer informe del lunes anterior, relacionado con la seguridad de la región, hoy analizaremos uno de los males que más nos agobia y que sentimos en el día a día y en carne propia: el desempleo. Por existir solamente información actualizada para Valledupar, nos referiremos solo a ella, que de todas maneras es el 41% de la población del departamento. Hay una relación directa entre desempleo y pobreza, entre desempleo y autoestima, así que consideramos de la mayor relevancia su análisis para este segundo informe. Como siempre utilizaremos cifras oficiales, en este caso del Dane. Seremos lo más didácticos posible y al tiempo que queremos ser fáciles de leer y entender, seremos profundos y rigurosos en el análisis y variados en las propuestas.
DIAGNÓSTICO
Valledupar tuvo 33.000 desempleados en el trimestre octubre-diciembre 2021. La quinta capital con mayor desempleo de Colombia y la segunda del Caribe. No es nada halagüeño. Pero hagamos el análisis.
Para el año 2021 su tasa promedio de desempleo fue del 18,3%, (13,7% la nacional) aunque para diciembre había disminuido a 15,8%. De todas maneras, lo importante es que igual al país traía una disminución en su tasa de desempleo, más no del número absoluto de desempleados, como veremos inmediatamente.
Cesore elaboró una gráfica que muestra el número de desempleados que ha tenido Valledupar desde que el Dane empezó a llevar estadísticas de la ciudad en 2007. (Gráfica 2). Si miramos la tendencia histórica del municipio, vemos que nos encontramos en una situación difícil. Aquellos años, con menos de 20.000 desempleados que fueron el período anterior a 2016, son épocas de un pasado que parece remoto. Con la pandemia se alcanzó un pico de 44.000 desempleados para julio-septiembre del 2020 y se terminó el año pasado con 33.000 desocupados.
Hay que reconocer el esfuerzo que ha hecho el sector privado y la Alcaldía en Valledupar, con el objeto de conjurar la crisis por la pandemia. Prácticamente Valledupar volvió a la situación prepandemia en términos de desempleados.
Como se observa en el cuadro 1, en términos relativos, – tasa de desempleo- se está inclusive una décima menos, 15,8% vs 15,9%, con el agravante que para llegar a esa situación fue necesario generar 7.000 ocupados más. Mientras en diciembre de 2019 había 169.000 personas ocupadas y 32.000 desempleados, las cifras para diciembre de 2021 fueron de 176.000 y 33.000 respectivamente. Es decir, hubo que hacer un esfuerzo grande para generar 7.000 nuevos ocupados y así lograr la misma tasa de desempleo, porque la fuerza laboral (Población Económicamente Activa, PEA) se incrementó en 8.000 personas que salieron a buscar trabajo.
Ahora, el hecho de que Valledupar haya vuelto a los niveles anteriores a la pandemia no significa que estemos en una situación envidiable, debemos recordar que la capital del Cesar para 2019 siempre se mantuvo entre las ciudades con mayor desempleo, así que el problema sigue más vigente que nunca. Se debe anotar sin embargo que volvimos a niveles de ocupación mayores a la prepandemia, se recuperaron los empleos perdidos y se sumaron 7.000 más.
CANTIDAD Y CALIDAD DEL EMPLEO
En temas de empleo siempre hay que mirar dos frentes, el de la cantidad, que lo hemos hecho arriba y el de la calidad que veremos a continuación. Lo ideal es crear empleo formal, bien pago, digno, y con seguridad social. Sin embargo, eso está cada vez más y más lejos. Inclusive las personas que ganan de salario mínimo hacia arriba son privilegiados en el país.
Una masa enorme de trabajadores está por debajo del salario mínimo, sobre todo en el sector rural. Así que en cuanto a informalidad, que es una manera de mirar la calidad del trabajo, Valledupar es la cuarta capital del país con mayor informalidad, lo que refleja que el rebusque, las ventas ambulantes, el trabajo esporádico, lo que se denomina cuenta propia, son las ocupaciones mayoritarias en Valledupar. Una gran mayoría están bajo la precariedad del empleo.
Valledupar no solo debe crear más empleos, también debe mejorar la calidad de estos, el 63,4% de los ocupados no cotiza a seguridad social. La informalidad explica en gran medida los bajos salarios de los empleados, pues son trabajos con menos estabilidad y con bajos niveles de sofisticación.
Los altos niveles de informalidad hacen, entre otras cosas, buena parte de los empleados vallenatos no se beneficien del aumento del salario mínimo, puesto que muchos de ellos ganan por debajo de dicha cifra. A largo plazo, cada trabajador en esta condición puede significar un adulto mayor sin acceso a pensión e ingresos para su vejez, lo que genera otros problemas sociales.
Contratar a 1.000 jóvenes, por 12 meses, pagándoles el 25% del salario mínimo cuesta 3.000 millones de pesos, que es una cantidad absolutamente menor ante las obras faraónicas en que se han despilfarrado las regalías del departamento, que son nuestras.
Cesore
DESEMPLEO EN JÓVENES
Capítulo aparte merece la mención a las brechas de género y a las brechas con jóvenes. Mientras en Valledupar el año pasado el desempleo fue de 18,3% en promedio para todas las personas, el de los jóvenes fue de 27,7%, (el cuarto más alto de Colombia) y mientras el desempleo de los hombres fue de 11,6% el de las mujeres fue de 21,6% , una brecha de 10 puntos porcentuales, de las más altas del país. Lo hemos dicho y repetimos que el desempleo en Valledupar tiene rostro de mujer y de jóvenes.
Ahora bien, empezando a pensar hacia el futuro y antes de hacer una serie de recomendaciones y propuestas, es importante ver qué sectores en Valledupar son los que generan empleo. Como en casi todas las ciudades intermedias, con baja fuerza manufacturera, como es Valledupar, el comercio es el rey del empleo, solo hay que mirar los almacenes y grandes superficies.
En segundo lugar, están los empleos públicos (maestros, salud, jueces, seguridad, etc.), pero el tercero es el sector de entretenimiento, que como decimos más adelante es un filón que hay que apoyar más.
Finalmente, a pesar que la agricultura no está entre los primeros generadores de empleo, es un sector estratégico para la producción de alimentos y el bienestar de la sociedad, por lo que propondremos una política pública específica para dicho sector.
Para terminar, una gráfica que resume la situación del municipio es la número 7, en donde se aprecia de manera concluyente, como en los últimos 10 años se estancó el número de personas ocupadas en Valledupar y subió dramáticamente el número de desempleados. Esa es, en últimas, la realidad dolorosa que vivimos como territorio.
PROPUESTAS
Pasemos ahora a las propuestas que hacemos desde Cesore, con el fin de contribuir al debate electoral y en apoyo a los mandatarios locales.
Lo primero que hay que repetir es que para solucionar el desempleo no hay fórmula mágica, ni milagros, ni es inmediato. Lo que se requiere es una conjunción de trabajos y de apoyos interinstitucionales e ir sumando de a poco y entre todos.
En particular es evidente el énfasis en mujeres y jóvenes que deben tener las medidas que se adopten. Aquí vamos con algunas recomendaciones basados en trabajos previos y en la coyuntura actual.
Nuestra primera recomendación tiene que ver con la educación. No cualquier educación. Hacemos énfasis en formación técnica y tecnológica con enfoque de género. En un trabajo previo de Cesore, se encontró que el 53% de los desempleados de Valledupar – jóvenes y adultos- son apenas bachilleres.
En Valledupar se gradúan anualmente 5.000 bachilleres y siguen a estudios superiores solamente 2.000. Entonces una primera opción que deben tener estas personas es acceso para terminar su ciclo educativo, ojalá con becas y un subsidio de transporte para el estudiante para que no vayan a enrolar el ejército de desempleados.
Un cálculo a mano alzada encuentra que el costo semestre de un curso de educación técnica cuesta alrededor de $500.000 más un subsidio de transporte que puede ser de $120.000 mensuales, da un costo total por estudiante de $1.100.000 por semestre aproximadamente. 1.000 estudiantes costarían $2.200 millones anuales y que una vez graduados saldrían a generar riqueza para la sociedad.
Hay entonces primero que aumentar los cupos en las instituciones educativas técnicas locales y llamar a nuevos establecimientos a abrir centros educativos en Valledupar, principalmente en aquellas necesidades que tienen los empresarios vallenatos. “Existen vacantes de trabajo que no se pueden llenar porque las empresas no consiguen los trabajadores con las competencias y habilidades necesarias, como lo constató la más reciente encuesta del Ministerio del Trabajo y Acrip sobre las necesidades de talento humano de las empresas colombianas”, afirma Mauricio Olivera, director de Econometría.
Segundo, involucrar al Sena, Comfacesar, Uparsistem y otras instituciones educativas como aliadas en esta iniciativa.
Tercero, asignar recursos importantes de regalías, para las becas y subsidios.
La política nacional del Programa de Apoyo al Empleo Formal, PAEF, consistente en apoyar a los empresarios con el pago parcial del salario de nuevos trabajadores que enganchen, es un muy buen instrumento para, de un lado, disminuir el desempleo y, de otra, apoyar a los empresarios vallenatos.
ESFUERZOS INSUFICIENTES
Hay esfuerzos desde la alcaldía en este sentido, pero resultan insuficientes. Se necesitan los recursos de las regalías. Si el gobierno nacional reconoce el 25% del salario de un trabajador y supongamos que el gobierno departamental, con recursos de regalías, otro 25%, se pueden apalancar miles de empleos.
La Alcaldía apoyó a 300 trabajadores por tres meses, lo que a todas luces es insuficiente, para los 33.000 desempleados que hay.
Contratar a 1.000 jóvenes, por 12 meses, pagándoles el 25% del salario mínimo cuesta 3.000 millones de pesos, que es una cantidad absolutamente menor ante las obras faraónicas en que se han despilfarrado las regalías del departamento, que son nuestras.
En tercer lugar, hay que acelerar el tema de obras públicas, gran generador de empleo. Valledupar tiene actualmente un dinamismo importante, con las obras de los juegos bolivarianos, las dos doble calzada que dan acceso a la ciudad, las construcciones de la sede de la Policía Metropolitana y otras.
Hay que acelerar las pendientes: las obras rurales con recursos Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, ¿por qué son tan demoradas?, es una pregunta que han hecho varios columnistas. A esto se unen temas como la tramitología municipal y de entidades nacionales como el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC, que para nada es ejemplo de agilidad, por no decir más.
El sector de entretenimiento y turismo en Valledupar es de un potencial enorme, que merece más apoyo, lo mismo que el cluster de la moda y confecciones, en dónde Cesore identificó grandes potencialidades y merece que, desde la Secretaría de Desarrollo Económico, se les atienda.
Este último es un sector relativamente nuevo, que ha desarrollado el subsector de diseño en la ciudad, pero no el de maquila y producción, que es en dónde se genera el empleo masivo. También mostramos en Cesore cómo los clústeres de salud y educación superior son estratégicos para la generación de empleo en Valledupar.
Como quinta recomendación, venimos diciendo que se requiere el fortalecimiento institucional: público, privado, académico y de los trabajadores. Hay que construir de manera conjunta alternativas y confianza entre los pares. No hay soluciones mágicas al tema del desempleo.
Es poco a poco y entre todos. Por lo tanto, fue un buen paso la creación de la Secretaría de Desarrollo Económico que debe seguir creciendo.
La Cámara de Comercio debe sumarse proactivamente a estas iniciativas y saludamos el trabajo del Comité Intergremial y del Comité Universidades Empresa Estado, CUEES, que se están moviendo y ojalá las autoridades los escucharan más.
La Comisión de Competitividad fue recientemente reactivada y eso ya es un logro, esperemos a ver qué propuestas tiene. La Secretaría de Desarrollo y la Gobernación deberían apoyar con recursos los laboratorios empresariales de las universidades. Hay que aunar esfuerzos. Hay que tener un doliente público en el tema de desempleo y una red de apoyo.
Finalmente, en el tema rural, y lo propondremos en el siguiente Informe, hay que crear una política pública de apoyo a los campesinos del municipio, propiciando la siembra y comercialización de aquellos alimentos que se traen de otros departamentos y que pueden producirse en la región.
Hay que fortalecer la producción local y eso se puede hacer a través de alianzas entre campesinos y comercializadores, sustituyendo productos importados.
Esta es una lista incompleta, con seguridad las y los candidatos tienen propuestas, ojalá sean mejores que estas, las complementen o las reafirmen. Como terminamos el anterior informe, decimos lo mismo: esperamos las propuestas de las y los candidatos, somos todos oídos y ojalá aparezcan.
Con la contribución de los estudiantes de economía de la UPC, Pabel Ortíz y Luis Martínez.