QUITO. AP. Los centros de votación se iban llenando cada vez más, conforme avanzaba la jornada en la cual los ecuatorianos votaban por un referendo que, de ser aprobado, reformará el sistema de justicia e impondrá nuevas normas a los medios de comunicación, entre otras medidas.
Desde que las juntas receptoras de votos se instalaron la jornada transcurría en todo el país, sin incidentes violentos de relevancia.
En el acto inaugural del evento, Correa afirmó que “es una día de fiesta, los ciudadanos tomando directamente sus decisiones, esa es la nueva democracia radical que vive el país”.
Añadió que “con el ejercicio pleno de la democracia estamos dejando atrás el pasado… consultaremos el pueblo cuantas veces haga falta… nada ni nadie va a detener este huracán de soberanía y dignidad”.
Poco después, el mandatario y su hija Sofía, de 16 años, votaron en el norte de la capital.
Correa, en declaraciones al canal estatal Gama Tv destacó que “estamos con el ánimo muy en alto, independientemente de los resultados electorales, ya es una victoria para el pueblo ecuatoriano, para la democracia, el que se le consulte sobre las grandes decisiones del país”.
Durante la jornada no se han registrado incidentes violentos, aunque la policía había multados a al menos 142 infractores de la prohibición de vender o consumir alcohol en la jornada.
Los locales de votación son resguardados por personal militar y policial. Más de 122.000 efectivos fueron desplegados en todo el país y entre otras cosas, vigilan que no haya actos proselitistas.
Están obligados a votar los ciudadanos de 18 a 65 años, mientras que es opcional el voto de los jóvenes de 16 a 17 años, de los mayores de 65 y de militares y policías.
Desde que llegó al poder en enero del 2007, Correa ha consolidado su liderazgo a través de plebiscitos y votaciones. Después de cuatro años de gobierno conserva una popularidad del 65%, en un país donde revueltas populares causaron la caída de tres presidentes a lo largo de una década.