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Earl se debilita pero golpea de refilón costa atlántica de EEUU

Por MIKE BAKER

BUXTON, Carolina del Norte, EE.UU. AP. — El huracán Earl golpeó de refilón el viernes las islas de arena de Carolina del Norte, inundando las estrecha zona vacacional y dejándola sin electricidad, pero manteniéndose más lejos de la costa de lo que se temía mientras perdía fuerza a categoría uno, en su camino hasta la costa noreste de Estados Unidos.
Aunque no hubo reportes inmediatos de heridos, el meteoro seguía siendo una amenaza importante mientras avanzaba hacia el norte, de forma casi paralela a la costa, con dirección al Cabo Cod, Massachusetts.
El presidente Barack Obama declaró el estado de emergencia en Massachusetts, a fin de facilitar el otorgamiento de fondos federales para casos de desastre.
Earl se debilitó desde el jueves, sus vientos máximos sostenidos bajaron de 230 kilómetros por hora (145mph) a 170 kilómetros por hora (105 mph) y su vórtice pasó unos 137 kilómetros (85 millas) al este del Cabo Hatteras, 80 kilómetros (50 millas) más lejos de que temían los meteorólogos.
El viernes antes del mediodía Earl fue degradado a categoría uno.
Los vientos huracanados, que comienzan a los 119 kph (74 mph), al parecer no afectaron las islas de arena de Carolina del Norte, dijo el meteorólogo James Franklin, jefe del Centro Nacional de Huracanes de Miami.
“Todavía creo que será un huracán a su paso por Cabo Cod”, dijo Franklin. Las grandes marejadas que ha provocado Earl todavía pueden provocar oleaje peligroso y corrientes de resaca a lo largo de la costa atlántica, incluso desde muy adentro del mar, dijo el centro.
Varias calles de la comunidad de Buxton, en Cabo Hatteras, en la zona de islas de Carolina del Norte, estaban inundadas el viernes con agua a una altura de hasta 50 centímetros (dos pies), arrastrando escombros a su paso, como piezas de madera contrachapada, una nevera para hielo de una minitienda y un cubo de basura.
Un Jeep que pasaba por un camino tenía el agua hasta los faros. Carol Dillon dijo que su casa en Hatteras estaba rodeada de agua y que su hija perdió dos coches en un garaje inundado.

Miles de personas en la costa se quedaron sin electricidad.

La gobernadora de Carolina del Norte, Beverly Perdue, dijo que no hubo daños graves e instó a la gente a disfrutar del fin de semana alargado por el Día del Trabajo. Vayan a “divertirse un poco y gastar algo de dinero”, dijo.
“Golpear la costa de refilón fue siempre mejor que llegar a la costa”, dijo Mark Van Sciver, del Centro de Manejo de Emergencia de Carolina del Norte. “Estamos muy agradecidos de que lo peor de la tormenta ya pasó”.

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