“El que se mueva le meto un pepazo o le entierro un puñal, te vas a dejar matar, dónde está la plata y las joyas”. Son las frases amenazantes que casi que a diario utiliza un grupo de delincuentes que a bordo de motocicletas, revólveres, pistolas y cuchillos asaltan viviendas y transeúntes en el barrio Panamá de Valledupar, pese a que es un sector muy habitado por agentes de la Policía, según manifestaron los afectados.
Ni la Iglesia del barrio se escapa de la inseguridad, porque fue blanco de los asaltantes, toda vez que en días pasados irrumpieron y se llevaron varias sillas donadas por los feligreses.
En uno de los casos recientes, se presentó un atraco múltiple, perpetrado por seis hombres en la calle conocida como ‘La Perdición’, donde la mayoría de los propietarios de las casas que se encontraban dialogando en sus terrazas fueron encañonados y despojados de sus teléfonos celulares, dinero en efectivo y otras pertenencias de valor.
Entre los afectados por el robo están Rudy Bustamente y Karen Margarita Nevado, a quienes les quitaron todo lo que tenían, tras ser encañonados con revólveres y pistolas. “No es la primera vez que nos atracan, a mí por ejemplo ya van cuatro veces y le pido a la Policía que haga más presencia en este sector, hay un solo cuadrante y no es suficiente para hacerle frente a los maleantes que nos tienen azotados a cualquier hora del día o de la noche”, explicó Karen.
Utilizaron un niño, para robar en una casa
El otro caso de hurto, se registró en la vivienda ubicada en la carrera 5 con calle 41, propiedad de Félix Pérez, empleado de El Cerrejón, en donde seis hombres armados, destruyeron los barrotes de la reja y las varillas de un protector de ventana, para ingresar a un menor de edad, abriera la puerta de la calle, para perpetrar el ilícito.
Una vez irrumpieron los asaltantes con caras descubiertas y con acento venezolano, le dieron una patada a la puerta donde estaba durmiendo la pareja y les advirtieron que no se movieran, porque los mataban.
Mientras que la pareja, dos hijos y unos parientes fueron amarrados de pies y manos con pedazos de sábana en sus mismas camas, permanecían custodiados por uno de ellos apuntándolos con arma de fuego, otros metían televisores, las joyas, los relojes, cerca de dos millones en dinero en efectivo, cuyo hurto está calculado en más de 10 millones de pesos.
“Esto fue muy horrible, nos llevamos tremendo susto que es la hora y no lo hemos superado, anoche no pude dormir, porque recordaba esos momentos difíciles que pasamos amarrados y con las almohadas en la cara”, explicó la propietaria del inmueble.
EL PILÓN intentó tener una versión de la Policía frente a las denuncias de los habitantes de este sector, pero no fue posible establecer comunicación con los altos oficiales de la institución.
Por Abdel Martínez Pérez