La Ley contra el ruido, a puertas de pasar sanción presidencial, sigue despertando dudas en la comunidad vallenata sobre el impacto que generará en la ciudad. En ese sentido, algunas iglesias cristianas han manifestado entre sus feligreses una “preocupación” con respecto a la ley, debido a que temen que les impida realizar con normalidad sus celebraciones religiosas.
Así lo dio a conocer Felipe Padilla, un feligrés que aseveró que el pastor de su iglesia comentó en medio de una celebración, que la “Ley contra el ruido va contra las iglesias” y que la normativa va a cuartear el derecho a la libertad de culto. De acuerdo con Padilla, en la iglesia a la que asiste las celebraciones son extensas y cargadas de música de alabanza.
“El pastor nos dijo que esa ley nos va a afectar porque no podremos hacer la celebración con normalidad. Cabe la posibilidad de que hagamos mucho ruido con los instrumentos y los cantos. Hay hermanos de otras iglesias que se reúnen y hacen encuentros musicales internos y no sabemos si por esa ley habrá que pedir permisos”, argumentó Padilla.
Por otro lado, Teresa Mendoza, miembro de la Iglesia católica, comentó que la ley contra el ruido no afectará a las iglesias, pero “sí a las casas en donde hacen cultos sin un estatuto legal”. Acotando así que dichos sitios se encuentran ubicados en barrios y perturban “la tranquilidad del sector”.
“Hay casas que las convierten en puntos de culto y colocan música a alto volumen sin importarles que a los lados tienen casas en donde viven personas que necesitan un espacio de tranquilidad. Si fuera solo los fines de semana, uno lo pasa, pero hay unos que son todos los días. Un lugar residencial no es oportuno para un centro de esos a menos que respeten las normas”, dijo Mendoza.
Aislamientos acústicos
El diario EL PILÓN conversó con el representante a la Cámara, Daniel Carvalho, sobre los temores de algunas iglesias en torno a la regulación de ruido que emiten durante sus celebraciones. A lo que el representante antioqueño respondió que “es absolutamente falso que la Ley contra el ruido busque cerrar las iglesias”.
“Los temores con las iglesias son exactamente los mismos con los conciertos, festividades y establecimientos comerciales. Nadie tiene por qué cerrar, siempre y cuando no sea una molestia para sus vecinos. Pueden realizarse cualquier tipo de celebraciones respetando los niveles de ruido”, aseveró Carvalho.
Sobre las actividades de algunas iglesias que tienen espectáculos musicales y otras que sus celebraciones exceden los niveles de ruido en barrios y sitios residenciales, Carvalho precisó que la ley es una invitación para que moderen el ruido y “hagan los aislamientos acústicos necesarios”.
Puntualizó que es de vital importancia que se “cumplan con los horarios y no sean una pesadilla para el vecindario”. Acotando así que el objetivo de la Ley del ruido es mejorar la convivencia y disminuir la contaminación acústica, “no ir en contra de alguna religión”.
Los niveles de ruido
Según la Ley 90 de 1993, en Colombia, el límite máximo permitido para la emisión de ruido es de 65 decibeles (dB) durante el día, desde las 6 a.m. hasta las 10 p.m.; y 45 dB durante la noche, desde las 10 p.m. hasta las 6 a.m.
Los límites máximos permitidos de ruido en las zonas residenciales son de 65 dB durante el día y 45 dB durante la noche (decibeles que son superados con frecuencia en fiestas y parrandas de casa). Seguidamente en la zona comercial, 70 dB durante el día y 60 dB durante la noche. Por último, en la zona industrial, 75 dB durante el día y 75 dB durante la noche.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la contaminación acústica puede causar estrés, insomnio, ansiedad y disminución de la productividad laboral, problemas que afectan cada vez más a la población colombiana. También sostiene que los niveles de ruido superiores a 65 dB pueden empezar a causar impactos negativos.
Por Namieh Baute Barrios