X

De Roux: El mejor homenaje del ELN a Camilo Torres sería La Paz en Colombia

El "cura guerrillero", Camilo Torres.

El mejor homenaje que podría hacer la guerrilla del ELN a Camilo Torres, “el cura guerrillero” que murió en combate hace hoy 50 años, sería negociar la paz, dijo en una entrevista con Efe el jesuita Francisco de Roux, símbolo de la reconciliación en Colombia.

De Roux está convencido de que Camilo Torres, quien cambió los hábitos por las armas para luchar por una Colombia más justa y quien hoy tendría unos 87 años, sería un devoto de la paz.

Formado en Ciencias Sociales en la Universidad belga de Lovaina y con un gran sentido de la justicia, Camilo entró en octubre de 1965 al recién creado Ejército de Liberación Nacional (ELN) y en su primer combate, ocurrido el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, en el departamento de Santander, perdió la vida. Así nació el mito.

“Estoy convencido de que si Camilo viviera estaría dedicado a la causa de la paz”, afirma el sacerdote De Roux, quien conoció a Camilo Torres cuando tenía 21 años, antes de que se sumara a las filas del ELN.

Para recordar el medio siglo de la muerte del “cura guerrillero”, el ELN, que está en conversaciones exploratorias con el Gobierno para intentar abrir un proceso de paz, convocó un “paro armado” de 72 horas que comenzó este domingo y que De Roux considera no es el camino.

“El mejor homenaje que podría hacerle a Camilo el ELN es abrir la negociación y participar con todos los que estamos trabajando desde la sociedad civil para que se hagan los cambios que esta sociedad necesita”, manifestó el jesuita.

De Roux explica que una cosa que tenían Camilo Torres y el Frente Unido, plataforma civil creada por él para presionar a favor de cambios sociales, era “un enorme respeto y una invitación a escuchar a las mayorías”.

“Y es evidente que las mayorías de Colombia, y más las mayorías pobres y de los sitios del conflicto, están gritando: por favor paren esa guerra, párenla de todos los lados, párenla ya, y Camilo hubiera sido muy sensible a eso”, agrega De Roux, creador del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, una de las regiones más golpeadas por el conflicto armado.

Los ideales de Camilo Torres, de trabajar por la justicia social desde la Iglesia católica, son un antecedente de la Teología de la Liberación, movimiento que se expandió con fuerza desde finales de los años 60 por América Latina y que tuvo gran influencia en Brasil.

“Aunque todavía no había empezado la corriente de lo que fue posteriormente la Teología de la Liberación, Camilo siente que en su obligación sacerdotal es una responsabilidad contribuir a que la mesa de la creación, la mesa del pan, de la salud y de la vivienda sean compartidas por todo el mundo”, agrega el padre De Roux.

A la luz de la Teología de la Liberación surgieron en Argentina los “curas villeros”, que trabajaban por los pobres de las villas miseria y que desde los años 90 tuvieron el apoyo del cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco.

En Colombia, el vínculo entre fe y compromiso social alcanzó una dimensión más política porque tras Camilo Torres varios sacerdotes, entre ellos los españoles Manuel Pérez, Domingo Laín y José Antonio Jiménez, y otros de la Misión de Burgos, inspirados también en la Revolución Cubana, pasaron a empuñar los fusiles del ELN.

“Eso marca al interior del ELN una impronta cristiana que se mantiene siempre”, recuerda el jesuita.

Manuel Pérez, más conocido como “Cura Pérez”, llegó a ser jefe máximo del ELN hasta su muerte en 1998, y Domingo Laín, que murió en combate en febrero de 1974, da nombre a uno de los principales frentes de esa guerrilla, que opera en el departamento de Arauca.

Pese al compromiso de Camilo con los más pobres, De Roux considera que “dejó perplejo a toda la gente que estaba en el Frente Unido cuando tomó la decisión de irse a la montaña”.

“Él nunca predicó la lucha de clases, nunca aceptó del marxismo que la violencia fuera la partera de la historia, Camilo no tiene ese pensamiento. A mi juicio, él piensa que si se va a la montaña se produce una especie de insurrección general, no de guerra (…) y por supuesto nada de eso pasó”, afirma.

Por eso, De Roux espera que el “paro armado” del ELN, una “acción típica” de esa guerrilla, sea “la última antes de decir: estamos dispuestos en honor a Camilo a entrar en conversaciones de paz formales, públicas y definitivas”.

EFE

Jaime Ortega Carrascal

Categories: Colombia
Periodista: