“¡Dios mío! Mataron a alguien, dijo mi hijo mayor, pero yo alcancé a escuchar varios disparos cerca de mi casa. A mí me estaba dando sueño cuando se produjo la balacera y minutos después llegó un sobrino a decirme que habían matado a Jean Carlos”, así lo reveló su progenitora, Ana Gloria Martínez Lamadrid, en medio del dolor que la embargaba al llegar a la Morgue de Medicina Legal de Valledupar donde le entregarían el cadáver de su hijo.
Dijo que a Jean Carlos Martínez Lamadrid, asesinado en la invasión Altos de Pimienta, lo alcanzó a ver antes de que los trasladaran al Hospital Eduardo Arredondo Daza, del barrio ‘La Nevada’, aunque minutos después fue remitido hasta el Hospital Rosario Pumarejo de López’, donde llegó prácticamente sin signos vitales.
“Él me había dicho hace dos días que iba a cambiar, que no quería seguir más en el mundo de las drogas y estaba listo para ingresarlo mañana martes a la Fundación Sión, ubicada al norte de Valledupar, porque quería rehabilitarse y ser útil a la sociedad. A mi hijo me lo mandaron a matar. A él lo mató el cartel de la maldad, o de la droga, porque él no se dejaba echar vaina de nadie. Admito que mi hijo consumía marihuana, pero no le gustaba hacerles daño a las personas atracándolas, porque él se ganaba la vida en la peluquería ambulante que tenía en el barrio”, declaró la progenitora del hoy occiso.
Señaló que encuentra explicación sobre lo qué pudo haber pasado, basada en que al joven le pidieron el favor de comprar una botella de licor, “pero lo que me llama la atención es que le prestaron una bicicleta y lo dejaron ir solo. Cuando a él le disparan iba manejándola y cayó cuando recibió los impactos. Esos bandidos son unos traicioneros, porque le dispararon a una persona indefensa, ellos los estaban esperando, parece que lo tenían en la mira porque no lo dejaron ni siquiera reaccionar, le dispararon en la cabeza y en los brazos, él como que trataba de meterlos para defenderse de los balas”, relató.
¿Quién era la víctima?
La víctima, Jean Carlos Martínez Lamadrid, había nacido en Santa Marta, Magdalena, pero que a los 15 días llegó a Valledupar con su madre.
El hecho ocurrió la noche del sábado, el joven de 17 años estaba departiendo a pocas cuadras de su vivienda en la casa de un amigo, cuando fue atacado a tiros por desconocidos quienes al parecer lo estaban esperando.
Recibió cuatro impactos de arma de fuego a pocos metros de su vivienda, localizada en la calle 2 casa 153 de la invasión Altos de Pimienta, ubicado en la parte posterior del Batallón de Artillería Número 2 La Popa de Valledupar.
Según la mamá del occiso, está casi segura que la muerte fue propiciada por unos hombres armados que se encontraban en un billar cercano. “Estas son personas protegidas por el dueño de unos terrenos invadidos y están atemorizando a la comunidad diciéndoles que tienen que desocupar a las buenas o a las malas”, denunció Ana Gloria Martínez.
Por ahora, las autoridades adelantan las investigaciones del caso para establecer plenamente las causas del asesinato.
Por Abdel Martínez Pérez