El presidente Gustavo Petro hizo pública su propuesta de debatir en el Congreso un impuesto del 40% para las importaciones de ropa. El mandatario señaló que esta medida traería beneficios económicos para los comerciantes de confecciones colombianos.
Es decir, en teoría esto lo propone para promover la industria nacional y frenar el contrabando. Sin embargo, en la práctica significa que los colombianos que compran ropa en tiendas extranjeras podrían pagar un precio más alto por las mismas prendas. La propuesta del presidente busca hacer menos competitivos los productos extranjeros y más accesibles los locales.
Estas decisiones económicas y políticas han generado incertidumbre. “A las multinacionales que importan, y que les resulta ventajoso hacerlo, con el decreto que plantea un 40% se les reducen los márgenes y es necesario revaluar financieramente los negocios que se dediquen a eso“, explicó el economista Alexander Ríos.
Con un dólar por encima de los 5.000 pesos, los productos importados son, de por sí, más costosos. Esto se debe al encarecimiento de los insumos y materiales intermedios. “En ese sentido, poner un 40% de sobrecosto por algo que ya está 25% arriba desde julio de este año, empieza a apretar los márgenes y hacer que los costos se les suban y muchos no sean viables para operar en el mercado colombiano”, añadió el experto.
El economista explicó que en caso de que ese 40% sea transmitido en su totalidad al comprador de las prendas, el valor de una chaqueta, un jean, un pantalón o un vestido se incrementaría notablemente. Por ejemplo, una chaqueta en un almacén como Zara suele costar $200.000, pero si el decreto entra en vigor, a estos valores se les aplicaría un 40% adicional. Es decir, la prenda pasaría de costar $200.000 a $280.000.