La criogenización es un proceso que ha ganado adeptos en los últimos años y marca la evolución de la medicina en el mundo. Y es que la idea de quedar congelado después de fallecido para despertar en un futuro resulta interesante.
En el mundo se estima que hay más de 2.000 personas inscritas en alguna empresa de criónica para que luego de fallecer sean preservados a muy bajas temperaturas (-130°c) en tanques de nitrógeno líquido.
Esto lo hacen con el fin de esperar futuros avances tecnológicos y científicos que permitan dar con la cura de las enfermedades o causas de su muerte, para posteriormente ser ‘revividos’.
Este tratamiento, cuyo proceso no cuenta con aprobación médica, tiene actualmente un costo de 200.000 dólares (952,044,000 COP).
¿CÓMO FUNCIONA?
Este proceso consiste en la congelación de materiales biológicos con el fin de revitalizarlos en el futuro. Sin embargo, suele ser bastante complejo.
Debe hacerse minutos después del fallecimiento de la persona y luego de que sea declarada legalmente muerta. Además, el proceso iniciará luego de que el corazón deje de latir, pero antes de que se declare la muerte cerebral.
En ese sentido, luego de fallecido, la sangre del cuerpo del paciente es reemplazada por un fluido crioprotector, cuyo objetivo es impedir la formación de cristales de hielo en el interior del cuerpo.
Por último, se pasa a la fase de enfriado y el cuerpo es sumergido en una cámara criogénica a temperaturas muy bajas.