Un moderno y especializado laboratorio de pruebas o comparación balística comenzó a operar parcialmente en el Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de Valledupar, en el que el personal encargado de esclarecer los homicidios perpetrados con armas de fuego, les permitirá profundizar y comparar las ojivas o proyectiles que son extraídos de los cadáveres al practicarles las necropsias, y las que sean recolectadas en la escena crimen.
Estas balas, al igual que los cartuchos que son recogidos en la escena del crimen, son guardadas bajo estrictas medidas de seguridad para no contaminar dicha evidencia ni alterar la cadena de custodia, porque de lo contrario se afectaría la investigación.
Estas pruebas sirven para identificar o determinar de qué arma provino la bala, su calibre y trayectoria, y al contar con el laboratorio en Valledupar ayudará a agilizar a los investigadores los procesos sobre las pruebas balísticas, debido a que ya no tienen que esperar varias semanas, para recibir los resultados de dichas pruebas que eran enviadas a laboratorios que funcionan en Bogotá, Bucaramanga y Barranquilla.
Valledupar fue escogida con el montaje de este laboratorio, por su desarrollo poblacional y por el alto índice de muertes violentas. Esto se convierte en un buen aporte científico, para logar la captura de los presuntos responsables de los crímenes mediante un cotejo balístico y poder determinar qué armas utilizaron los asesinos, si son las mismas, al igual que comprobarán si tienen o no permisos para porte o tenencia.
El laboratorio es operado inicialmente con un microscopio y se convierte en una herramienta valiosa para el personal especializado de este organismo que tuvo el apoyo del Fondo de Seguridad Ciudadana del Cesar que realizó el aporte económico necesario y se encargará de implementarlo, para estar a tono con las grandes ciudades colombianas, aseguró un vocero del organismo investigador.
Por Abdel Martínez Pérez
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