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Crónica de una tragedia en El Garupal

Comerciante Javier Sanabria cuenta su drama:

Seis meses después de ocurrida la tragedia en el barrio Garupal, EL PILÖN publica hoy el impresionante relato de Javier Sarabia Arango, el comerciante que sobrevivió al atentado ocurrido a las 10:30 de la mañana del 24 de noviembre de 2009, en el que murieron  su esposa Blanca Inés Acosta Silva de 39 años y su hijo de 10 años, Jesús Andrés Sanabria Acosta.
Mientras que su hijo Francisco Javier Sanabria Acosta, de 14 años se repuso a los cuatro disparos que recibió  y que lo mantuvieron bajo cuidados médicos durante varias semanas y actualmente intenta llevar una vida ‘normal’, asistiendo a clases.
Batallándose con las lágrimas para que no hicieran evidente los sentimientos de dolor y de  impotencia que siente al traer a su mente, aquellos angustiosos momentos, Sarabia Arango, quien se encuentra bajo tratamiento psicológico y terapéutico,  revivió aquella mañana cuando, según dijo por una deuda de 20 millones de pesos, le arrebataron parte de su vida. Lo hizo a manera de desahogo, de denuncia, de reclamo. “Solo espero que se haga justicia y que el responsable,  pague muchos años en la cárcel para que luego Dios haga lo suyo allá arriba”, precisó.

Pérdida irreparable

Sarabia Arango quien perdió parte de su brazo izquierdo dijo que “hubiera preferido que me cortaran los dos brazos y los pies pero jamás que me hubieran asesinado de esa forma a mi esposa y a mi hijo”, esto no tiene comparación.
Sarabia Arango, reveló que luego de lo ocurrido, no pudo continuar habitando la casa, en la que con momentos hermosos construyó una familia basada en la unión y el amor por que estos fueron empañados con las escenas de sangre y dolor protagonizadas por los seres que más amaba.
“Esa mañana estaba en la calle con mi hijo Jesús Andrés (quien murió) cuando a eso de las 10:00 am, recibí una llamada de Agustín Elías Rodríguez Oñate, conocido como Martín Elías, quien tiene un negocio en la calle 31 con Cuarta, diciéndome que me esperaba en mi casa para darme un abono del dinero que me adeudaba”, aseguró Sarabia quien continuó diciendo que al llegar a su casa ubicada en la calle 11 D número 19 C 1-77 de la segunda etapa del barrio Garupal, su esposa le abrió la reja y él sin imaginar lo que estaba preparado en su contra, entró.

Impotencia

“Estaba Agustín Elías con otros tipos y mi esposa me dijo, Javier mira, al voltear me tenían apuntado, no hice nada, tampoco pronuncie palabra alguna”. Asegura Sarabia que le tocó observar impotente como sacaban a su hijo de 14 años de la habitación para luego propinarle cuatro disparos. Ahora, el pequeño sobreviviente le confesó que se hizo el muerto para que no le siguieran disparando.
Este hombre, manifestó que no hubo conversación alguna, solo su esposa Blanca Inés que en medio de su angustia le preguntaba, ‘¿Señor Agustín por qué nos hace esto?’ pero según la víctima no hubo respuesta, solo los disparos que acabaron con una familia y dieron inicio a su gran tragedia.
Pasado seis  meses, padre e hijo aprendieron  a convivir con el miedo a ser nuevamente objeto de los violentos y con los recuerdos de aquella mañana.
“El apoyo de la familia  y las terapias nos han ayudado bastante, sin embargo, nuestra vida es muy dura, muy triste”, dijo Sarabia, quien confesó que cada mañana que sale de su casa, se encomienda a Dios. Se conoció igualmente que por este crimen, existe un hombre detenido, hermano de la persona que señala la víctima.

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