Hace varios meses una gruesa capa de crudo llegó hasta el río Lebrija, luego de colapsar una de las válvulas situadas en inmediaciones de Barrancalebrija, la que provocó una emergencia en las poblaciones del sur del Cesar, que se encuentran al margen del mencionado río y las ciénagas que son bañadas por este afluente hídrico.
Al comienzo de la contaminación la mancha de crudo alcanzó los criaderos de peces que se encuentran conectados a la ciénaga Doña María, ubicada en cercanías del corregimiento de Puerto Patiño, jurisdicción de Aguachica.
Los pescadores decidieron saltar sus canoas y redes por la gran cantidad de crudo que se apoderó de los sitios permitidos para la captura de peces, porque era imposible conseguir el sustento de sus hijos con las aguas totalmente contaminadas.
Organismos adscritos al Ministerio del Medio Ambiente, enviaron un delegado con el objeto de que verificara la gran cantidad de vegetación y fauna que resultó perjudicada por causa de la contaminación, logrando constatar la veracidad de las informaciones dadas por habitantes de los corregimientos afectados.
Ahora, casi un año después de la emergencia, se conoció que el sector en donde hubo el colapso de la válvula de Ecopetrol, en inmediaciones del sitio conocido como ‘Cuatro Bocas’, en las poblaciones de Terraplén y Puerto Oculto, fueron refaccionadas por funcionarios de la empresa estatal, pero el crudo que cayó a las aguas del río Lebrija, aún está afectando los criaderos de peces.
Con la emergencia ocurrida, todavía se encuentran afectadas las ciénagas ‘Doña María’, ‘La Mausanda’, ‘Colorado’ y ‘La Hermosa’, espejos de agua que producían el pescado suficiente para que anualmente se comercializara cantidades de toneladas, pero ahora, la pesca artesanal está debilitada a raíz de la fuerte contaminación que recibieron por un error de Ecopetrol.