En Aguachica:
Un nuevo informe dado a conocer recientemente, indica que el alcoholismo en menores de edad sigue siendo un problema social y de salud pública, ya que la mayor parte de los adolescentes que ingieren bebidas embriagantes, muchas veces se portan violentos no solo con sus compañeros de parranda o conocidos, si no con sus padres y hermanos.
En Aguachica, los fines de semana se ven grupos de menores de edad sentados en discotecas y billares consumiendo alcohol y fumando cigarrillos, como si en esta localidad del sur, las leyes no fueran tenidas en cuenta por parte de las autoridades.
Paralelo a esta acción indebida de muchos menores de edad, también se ha comprobado que estos niños “mezclan el licor con la gasolina”, lo que ha causado innumerables accidentes de transito, algunos de ellos de suma gravedad.
Como es de recordar, en cualquier parte del país y del mundo, las bebidas alcohólicas son prohibidas para menores de edad, pero en Aguachica, tal parece que esta clase de medidas no se aplican o simplemente los menores no son tenidos en cuenta por parte de las autoridades.
Lo mismo acontece con el control irresponsable que ejercen algunos padres de familia cuando descubren que sus hijos menores, ingieren licor libremente como cualquier adulto.
Ante todas estas situaciones que perjudican a la niñez desprotegida de Aguachica, no se sabe exactamente cual es la verdadera función de las autoridades encargadas de hacer valer las normas establecidas en los códigos del menor y de policía.
Lo que se conoce en una reciente acción de los organismos de seguridad, es que algunos establecimientos públicos visitados en horas de la noche, fueron sellados porque en su interior se encontraron menores de edad tomando cerveza y aguardiente.
Por su parte, algunos padres de familia que aceptaron su responsabilidad en el comportamiento indebido de sus hijos, señalaron que todos los fines de semana se reúnen entre 50 y 70 menores de edad en el Parque Principal a ingerir alcohol y a agredirse verbal y físicamente.
Afirman que alrededor del parque y en cercanías de la Parroquia San Roque, existen estancos que venden bebidas embriagantes a niños sin ninguna restricción