La noche del 25 de julio, el hallazgo del cuerpo sin vida de un peluquero en el apartamento 112 del conjunto residencial Villa Claudia, al norte de Valledupar, causó conmoción en esta capital.
Familiares de la víctima fueron quienes descubrieron el macabro crimen contra Roberto Antonio Martínez Mojica; ellos ingresaron a la residencia y encontraron el cadáver tras ser alertados por el vigilante del edificio que durante todo el día no vio entrar ni salir al estilista, conocido Tony Greco.
La Policía Judicial inició la investigación con la recolección de evidencias en el lugar del crimen y testimonios de allegados a la víctima. La primera pista fue entregada por una vecina del lugar, que observó salir a un sujeto con una maleta color negro.
Otro aporte clave fue el de Albeiro Martínez, quien manifestó que su hermano tenía dinero en la casa para aportarlo como cuota inicial del apartamento, pero no precisó qué cantidad. De igual forma indicó que en la residencia faltaban varios elementos personales de Tony, cuyo cadáver fue encontrado con una soga en el cuello y varias heridas.
Fue así como surgieron las primeras hipótesis relacionadas con un hurtó contra este integrante de la comunidad LGTBI, que según el dictamen del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, murió por asfixia mecánica mediante estrangulamiento.
Entre los elementos hurtados se encontraba un celular Blackberry, un computador portátil, este último fue ubicado por los investigadores de la Sijín en una compraventa del municipio de Hatonuevo, La Guajira, siendo esta una pieza importante para aclarar el caso.
Y el pasado viernes se entregó a la Policía Dainer David Cudris Beleño, de 18 años, quien confesó su participación en el homicidio de Roberto Antonio Martínez Mojica.
El joven delató a quien sería el cerebro del crimen, Jonathan Javier Brito Isaza, de 21 años, que ese mismo día fue capturado en Hatonuevo.
Los dos detenidos ayer fueron presentados ante un juez de control de garantías de Valledupar, donde se conocieron más detalles de la macabra confesión.
“Dainer explica la manera cómo en compañía de su amigo Jonathan llegan a la ciudad de Valledupar y arribaron inicialmente a la peluquería donde laboraba Roberto Antonio, que posteriormente se motilaron y su amigo Jonathan le dio una suma de dinero para que se fuera a una residencia porque se vería con su novia.
Familiares de la víctima fueron quienes descubrieron el macabro crimen contra Roberto Antonio Martínez Mojica.
Al día siguiente, su amigo Jonathan lo contacta y le confiesa que no estaba con su novia, sino que estaba con el peluquero (Roberto Antonio), pero que éste le había quedado mal con el dinero que le había ofrecido por estar con él.
Posteriormente se dirigen hasta el apartamento del señor (Roberto), en compañía de él (Dainer) a quien convencieron para tener relaciones y en los momentos en que practicaban sexo, el señor Jonathan procede a golpearlo en la cabeza e inician las agresiones en contra de este ciudadano hasta producirle la muerte”, así recontó el testimonio, la fiscal en la audiencia de imputación de cargos por los delitos de homicidio y hurto calificado agravado.
Además contó que una vez se perpetró el homicidio, los dos jóvenes procedieron a buscar objetos de valor y dinero de la víctima.
“Luego abordaron un taxi y se fueron hasta Hatonuevo, y en la parte de atrás del cementerio procedieron a repartir lo que habían sacado del apartamento. Entre esto, en un bolso la suma de 600 mil pesos, entregándose cada uno 300 mil y dividiendo el resto de las pertenencias. Incluso procedieron a quemar algunos de los documentos que pertenecían al occiso”, precisó la representante del ente acusador.
Por último indicó que Jonathan se quedó con el portátil del occiso y posteriormente lo empeñó o vendió en una compraventa de Hatonuevo, La Guajira. Además, se le incautó el Blackberry que también pertenecía a la víctima.
Dainer David Cudris Beleño y Jonathan Javier Brito Isaza, se declararon culpables de los delitos que les imputó la Fiscalía por homicidio y hurto.
Así las cosas, ambos permanecerán detenidos en establecimiento carcelario y próximamente un juez con funciones de conocimiento los condenará a una pena mínima de 33 años de prisión, pero esta se reduciría a la mitad por su colaboración con la justicia, al allanarse a los cargos.
Reacción de la familia
Albeiro Martínez se mostró complacido por la rapidez con que se aclaró el crimen de su hermano. “Gracias a Dios el crimen no quedó impune y queda comprobado que no es como dicen las autoridades, que por ser del género que era mi hermano todo es pasional; a mi hermano lo mataron fue para robarlo”.