Al llegar a la Villa Bolivariana, ubicada al sur de Valledupar, se ven algunas banderas de los países que compiten en la XIX edición de los Juegos Bolivarianos, ya que este complejo habitacional tiene la capacidad de alojar a los más de dos mil atletas que llegan a la capital del Cesar para las justas deportivas.
Pero ¿cómo se han sentido los deportistas en este hospedaje provisional? Yolanda Muñoz, esgrimista chilena dijo a EL PILÓN que hay cosas buenas y malas.
“El primer día no teníamos el control del aire acondicionado, te morías de frío o de calor, y las almohadas son incomodas”, dijo Muñoz sobre lo que no le ha gustado de la Villa.
Aunque no tiene quejas de la gastronomía local, la foránea pide alargar los horarios de alimentación: “A veces llego después de competir y no hay nada”, manifestó.
Por su parte, Karla Hernández, de la delegación de Ecuador asegura que le gusta la Villa “porque es grande”.
Hay que precisar que esta obra tiene retrasos, pero Mirna Fuentes, oriunda de El Salvador y parte del Comité Olímpico, aseguró que “en toda Villa se presentan estos inconvenientes”.
Este complejo urbanístico consta de 288 apartamentos. EL PILÓN observó que la entrada principal está llena de polvo, a esto Fredy González, ciclista de Bolivia, resumió: “Está en plena construcción, es lo único que se puede decir. Faltan un montón de cosas por hacer”.