Sufrir de estrés, falta de apetito, problemas de sueño y ansiedad no son enfermedades exclusivas de los humanos. Los animales domésticos también pueden padecerlas. La diferencia diferencia es que en las mascotas detactar esas conductas depende de la capacidad de observación del amo.
El tratamiento de esas conductas debe estar apoyado siempre por un profesional especializado. El debe evaluar las condiciones físicas del animal, y en especial, el entorno donde vive. Es importante revisar con detalle que la mascota cuente con una dieta sana, suficiente hidratación, realice ejercicio acorde a su peso y tamaño. Sin duda alguna, lo más importante es el cariño de su amo.
¿Cómo detectar si mi mascota tiene ansiedad?
Expertos aseguran que es importante identificar patrones de conducta que no sean habituales en su comportamiento, eso podría entregar un primer indicio de que algo no está bien.
Ladridos continuos
Comportamiento destructivo
Rasguños en puertas y muebles
Tendencia a la huida
Babeo
Temblores
Tendencia a ocultarse
Orina y defecación en sitios inusuales
Actitudes de agresión
Se pueden causar lesiones en la piel por un lamido continuo (automutilaciones)
Hiperactividad
Baja de apetito
¿Qué puede causar esta conducta en mi mascota?
Detectar el origen de la ansiedad es el primer paso para la cura del animal, puesto que en la mayoría de los casos no obedecen a un único factor sino a la suma de varios.Estas pueden ser algunas de esas variables:
Visitas de personas extrañas
Uso de electrodomésticos que producen ruido (aspiradoras, lava-tapetes, secadoras de cabello…)
El sonido estruendoso de la pólvora, pitos y/o sirenas
Cambios de domicilio
Cuando permanecen solos mucho tiempo
Remodelaciones y/o cambios en la casa
Variaciones en la rutina
Situaciones familiares tensionantes (cambios de pareja, muerte de un miembro de la familia…)
Visitas incómodas al centro veterinario (presencia de otras mascotas, olores…)
Cambio de dueño
Ingreso de otra mascota al hogar