El Gobierno colombiano deportó hoy un primer grupo de cubanos que permanecían hacinados en la localidad de Turbo, en el noroeste del país, del que hacen parte 14 personas que salieron rumbo a la isla en un avión de la Fuerza Aérea.
“Los 14 ciudadanos cubanos encontrados en permanencia irregular en hoteles del municipio de Turbo fueron deportados a su país de origen”, confirmó el director general de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento.
Según el funcionario, la medida de deportación, que se cumplió a las 7.00 am, se tomó luego de analizar de forma individual cada uno de los casos y de recibir, por parte del Gobierno cubano, la confirmación de que los extranjeros no recibirán ningún tipo de represalia a su regreso a la isla.
“Desde el día de ayer he tenido contacto permanente con las autoridades cubanas y ellos me han asegurado que respetarán y garantizarán los derechos fundamentales de estas 14 personas”, indicó.
Los cubanos, detenidos esta semana en Turbo, permanecían en una sala especial de Migración Colombia en la ciudad de Bogotá a la espera de que se ejecutara la medida de deportación que finalmente se cumplió con la aeronave de matrícula CN-235, que partió desde el Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM).
Frente a los migrantes irregulares que permanecen en el municipio de Turbo, el director General de Migración Colombia recordó que aquellos que no salgan voluntariamente del territorio nacional serán deportados a su país de origen o a la nación por la que ingresaron a Colombia.
“En los últimos días cientos de cubanos se han acercado a nuestras oficinas pidiendo que se les expida un salvoconducto que les permita abandonar el país por sus propios medios”, manifestó Krüger.
Según Migración Colombia, cerca de 500 ciudadanos cubanos se han acogido a esta medida y se espera que en las próximas horas la cifra aumente.
“Los que no lo hagan, de acuerdo con las facultades que nos otorga la ley, serán deportados de forma obligatoria”, aclaró.
Colombia está desbordada por una avalancha de inmigrantes ilegales, en su mayoría cubanos y haitianos, que en su tránsito hacia Estados Unidos atraviesan este país en dirección a la inhóspita selva del Darién para llegar a Panamá, cuya frontera fue cerrada hace casi tres meses.
La incesante llegada de inmigrantes ya perfila un escenario de emergencia humanitaria en la localidad de Turbo, el principal puerto de la región caribeña del Urabá, fronteriza con Panamá, donde un número indeterminado de cubanos permanecen a la espera de continuar viaje que cada vez parece más imposible.
El pasado 28 de julio la Defensoría contabilizó 1.273 personas, entre ellas 260 menores de edad, hacinadas en una bodega de Turbo, cifra mucho más conservadora que los 3.000 inmigrantes calculados por la Alcaldía local, que declaró la calamidad pública en esa población de unos 163.000 habitantes.
EFE