Después de doce años en el partido del Polo Democrático, Clara López, la actual Ministra de Trabajo presentó su carta de renuncia, una acción que le deja el camino para las elecciones presidenciales de 2018.
La funcionaria aseguró que la persecución política y el matoneo son las principales razones de su decisión.
“Ha sido muy doloroso. Desde que tomé la decisión de votar por la paz en cabeza de Juan Manuel Santos, no ha cesado un solo instante el matoneo y la persecución política y ya ha llegado a límites que rayan con mi dignidad”, expresó la Ministra luego de conocerse su carta de renuncia.
Y agregó “En mi carta me despido diciendo que me llevo un ramo de rosas amarillas en el alma y que renuncio a mi partido. Me voy a dedicar a trabajar por la paz y aplico ese axioma que he hecho propio de tiempo atrás, estoy más allá de las parcialidades políticas, mi partido es Colombia y a ella le debo mi primera lealtad y todos mis afectos”.
Lea aquí la carta
Bogotá, 17 de abril de 2017.
Comité Ejecutivo Nacional
Polo Democrático Alternativo
Ciudad.
Después de 12 años de militancia en el Polo Democrático, primero Independiente y, después del truncado sueño de unidad, Alternativo; encuentro que bajo la conducción de las mayorías actuales, la Dirección partidaria ha reemplazado la discusión franca de las diferencias por la polarización fundamentalista que destruye el libre examen y la convivencia.
El diálogo ha sido abandonado y en su reemplazo se encuentran las diatribas de las redes sociales, el irrespeto y la intolerancia sectaria que más que la ortodoxia en los planteamientos políticos, acompaña el afán hegemónico, los personalismos desmedidos y la animadversión personal que han producido hasta asomos de violencia física en los órganos de dirección.
Siempre he pensado con Carlos Gaviria y con la estirpe filosófica liberal que compartimos, que el camino de la convivencia está en el respeto de la dignidad, la diferencia, las ideas del otro y, en ese entorno machista, de la otra.
A pesar de haber sido autorizada por ese mismo Comité Ejecutivo Nacional, sin desmedro de la calidad de oposición que ostenta el Partido, a tramitar mi renuncia ante el Consejo Nacional Electoral para tomar posesión del cargo de Ministra de Trabajo -autorización sin la cual no habría podido acceder al cargo- miembros de ese Ejecutivo continúan afirmando todo lo contrario y hasta me arman un juicio político en la Comisión de Ética que viene de recomponerse en la misma línea hegemónica del resto de las instancias del partido. De esta manera justifican una campaña infame de improperios que no solamente faltan a la verdad sino a la ética que tanto reclaman.
Esa campaña viene siendo adelantada sistemáticamente desde cuando, haciendo uso de la libertad de consciencia votada en ese Ejecutivo, tome la decisión en unión de las mayorías del PDA e incluso del maestro Gaviria, de votar por el presidente Juan Manuel Santos en la segunda vuelta presidencial en favor de la continuidad del proceso de paz amenazado por su contendor, quién habiendo ganado en la primera vuelta anunciaba que pondría fin a los diálogos de La Habana y dormiría en una corbeta de guerra en el meridiano 82, en abierta provocación bélica en el mar Caribe.
Ahora, con la mentira repetida a los siete vientos de que el veto aplicado en mi contra se debe a una auto exclusión inexistente por haber ingresado al gabinete de la paz del Presidente Santos, los sectores de quienes me respaldan en el Polo vienen siendo ultrajados, discriminados y excluidos de la igualdad de trato que exigen los estatutos y en abierta violación de la democracia y el buen trato. Hasta las coordinadoras locales y regionales han sido disueltas para consolidar la moirización del antes Polo Democrático.
En razón de lo anteriormente expuesto he tomado la decisión de apartarme del partido ahora dirigido por quienes desdicen de sus postulados democráticos y pluralistas y pretenden reconducirlo al sectarismo excluyente y al hegemonismo vanguardista. ¡Cómo echo de menos la frescura y el pluralismo del PDI!
Renuncio irrevocablemente a partir de la fecha, con dolor pero con responsabilidad, a mi afiliación al Polo Democrático Alternativo; no sin antes agradecer a las bases polistas su apoyo desinteresado y comprometido durante los seis años en que ejercí la Presidencia por decisión de los congresos del Partido y, en especial, cuando tuve que salir a representar al partido en la Alcaldía Mayor de Bogotá.
De igual forma, expreso mi agradecimiento y reconocimiento a todos esos amplios sectores que no tuvieron recato alguno en compartir tarima con Aída Avella en esa memorable campaña presidencial en la que en una incipiente unidad despertamos el anhelo de convergencia que produjo un respaldo de cerca de dos millones de votos.
Me despido llevándome un ramo de rosas amarillas en el alma y un compromiso renovado por la convergencia para la paz, la democracia plena y la justicia social, que por encima de las parcialidades, reclaman nuestra lealtad inconmovible. No tengo la menor duda de que con muchos de los compañeros y compañeras polistas nos encontraremos en esas luchas.
Hoy repito lo que tantas veces he expresado: Mi partido es Colombia y es a ella a quien debo mi primera lealtad y mis más profundos afectos.