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Cien años ‘no serían suficientes’ para que toda Colombia tenga agua potable: Minvivienda

Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN. andreaguerraperiodista@gmail.com 

La ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio, Catalina Velasco, en reunión con dirigentes del departamento del Cesar, pidió celeridad en la ejecución de los proyectos ‘prioritarios’ en materia de agua potable y saneamiento. 

El objetivo es que los mandatarios de municipios de cuarta, quinta y sexta categoría, logren la viabilización de los proyectos “que están avanzados” antes de que empiece a aplicar la ley de garantías. 

Esta norma prohíbe contrataciones directas desde cuatro meses antes de una jornada electoral, en octubre del próximo año serán los comicios territoriales. 

“Hay que tener lista la contratación en junio, los proyectos deben estar viabilizados técnicamente el 30 de marzo”, dijo Velasco. 

Usted dijo que 12 millones de personas en Colombia no tienen acceso total a agua potable y que la viabilización de proyectos puede tardar hasta dos años, ¿cómo logrará superar estos problemas en el corto plazo? 

Estamos tan atrasados en materia de agua y saneamiento que necesitaríamos 107 años, al ritmo de las inversiones que se venían haciendo, para ponernos al día en infraestructura. ¡Eso es una cosa de locos, no puede ser! 

Vamos a acelerar ese proceso triplicando la inversión en infraestructura. El presupuesto de 2023 tiene tres veces más de lo que había planeado el Gobierno pasado. Eso implica que los municipios tengan los proyectos listos técnicamente y que podamos contratarlos antes de la ley de garantías.

En política de vivienda, el Ministerio habilitó nuevos subsidios para ‘Mi Casa Ya’ y lanzó el programa ‘Cambia Mi Casa’, ¿cómo avanzan estos proyectos? 

Nos gusta Mi Casa Ya y lo vamos a mantener, pero lo  vamos a ajustar porque la mayoría de los recursos se concentran en Cali, Barranquilla y Bogotá, mientras que en Valledupar, Santa Marta y Montería casi no hay. 

Los beneficiarios de este proyecto son familias con uno, dos y hasta tres salarios mínimos de ingreso mensual, es decir, la clase media; eso soluciona el déficit cuantitativo,  o sea, la falta física de vivienda y lo vamos a mantener. 

‘Cambia Mi Casa’ va a tener 100 mil mejoramientos en el próximo año  para las familias en viviendas precarias (que son casi 4 millones en el país), con pisos de tierra, sin baño, paredes de tablas, techos inadecuados.

Serían 400 mil mejoramientos en el 2026, lo que reducirá el 10% de ese tipo de dificultades a nivel nacional.  

El presupuesto para eso lo estamos trabajando con el Ministerio de Hacienda con recursos de inversión social de la reforma tributaria que fue sancionada el martes. Vamos a llegar a todos los municipios de nivel cuatro, cinco y seis, que en el Cesar son todos, salvo Valledupar. En las ciudades grandes seguiremos haciendo convenios. 

La ministra aseguró que tienen presupuestado $1 billón para proyectos de agua potable para el 2023 y habilitarán nuevos subsidios para viviendas.                           / FOTO:  JOAQUÍN RAMÍREZ.

¿Qué concepto tiene sobre las casas de interés social y otros proyectos de vivienda que se han construido en los últimos años? 

El producto de ‘Mi Casa Ya’ son edificios de cinco pisos, en propiedad horizontal con apartamentos de 48 a 52 metros cuadrados en zonas urbanas para familias urbanas. Eso está muy bien, mucha gente lo demanda, lo necesita. 

Pero cuando tú llegas a comunidades campesinas, indígenas, familias grandes, ocho personas no caben en 52 metros cuadrados o una persona que tiene actividad agrícola no quiere encerrarse en un apartamento porque no es su modo de vida. 

Por eso nos ha servido tanto la conversación comunitaria y regional. Si uno hace un programa en Bogotá eso funciona perfecto en excel, pero en otros lugares hay proyectos de vivienda abandonados como en La Mojana. 

En La Guajira nos dicen que no quieren el baño dentro de la casa y nosotros haciendo apartamentos con todo junto. La homogeneización está mandada a recoger. La diversidad debe permear la política de vivienda social. 

¿Esas diferencias implican comprar terrenos más grandes? 

Sí. Hicimos un pacto con la ministra de Agricultura que tiene como meta la reforma agraria: donde Cecilia (López) pone una finca, Catalina pone una vivienda. Esa es la manera de unir esas dos políticas. El primer predio creo que será en Tarazá, Antioquia, vamos a entregar de a 10 hectáreas y ahí van a estar las viviendas para gente campesina. 

Usted también dijo que en el gobierno de Iván Duque se construyeron solo 61 viviendas rurales, ¿cuántas harán en estos 4 años? 

El esfuerzo en vivienda rural fue escaso. La ley dice que por lo menos el 20% de la vivienda social debe ser rural y eso no lo estamos cumpliendo. De los 50 mil subsidios de ‘Mi Casa Ya’, por los menos 10 mil debieron ser rurales. 

Lea: Anuncian nuevos cupos para obtener el subsidio Mi Casa Ya: ¿Quiénes pueden postularse?

Entonces estamos atendiendo todo el proyecto de la reforma agraria con vivienda rural porque no le puedes dar un potrero a la gente y que no tenga dónde vivir porque obviamente no se van a quedar.  

¿Cómo analiza la inversión que ha hecho esta cartera en el departamento del Cesar?

Creo que el Cesar está bien en comparación  nacional,  porque tener $600 mil millones en proyectos en ejecución, contratación o en proceso de viabilización no sucede en todos los departamentos.  

Nos tenemos que concentrar en desarrollar esos proyectos. El mensaje para los alcaldes, que les queda un año de gobierno, es que concentren toda su energía en los proyectos maduros para concretarlos. 

Uno de los proyectos que se está ejecutando con aportes del Minvivienda y la Alcaldía de Valledupar ($54 mil millones) es el alcantarillado pluvial, ¿cuál es la importancia de articular toda esta infraestructura? 

Es un solo sistema, por eso el presidente habla del ordenamiento territorial alrededor del agua porque hay que cuidarla desde la fuente y hacer saneamiento. 

La mitad de las aguas servidas en Colombia van al mar o a los ríos sin ningún tipo de saneamiento y la contaminación es terrible. Cuando el alcantarillado pluvial y el de aguas servidas no están separados, se juntan y van al mar o a los ríos como en Santa Marta, Riohacha y Cartagena. 

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