Como es costumbre, la transición política en Codazzi no ha sido fácil. El alcalde electo, Hernán Baquero, ha usado las redes para cuestionar algunas decisiones de última hora de la administración de Omar Benjumea.
El último cruce se dio porque Baquero pidió a los concejales no aprobar el proyecto que pretende entregar en concesión la planta de beneficio animal de Codazzi por 10 años.
La planta de beneficio de Codazzi lleva más de dos décadas en crisis por las malas administraciones. Las mismas autoridades locales reconocen que, por falta de controles, matan animales robados, los desechos quedan al aire libre, la sangre termina en el río, no hay higiene y no pagan los impuestos ni los derechos laborales a los empleados.
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UN EXPERTO
Esa crisis llevó al actual alcalde a valorar la opción de concesionar el ‘matadero’ a entidades privadas. “Queremos darle un carácter de empresa con el apoyo de una entidad que sepa de esto. Presentaremos al Invima una propuesta de manejo para que no lo cierren”, aseguró Omar Benjumea a EL PILÓN. Pero antes, el alcalde necesita la autorización del Concejo para salir a buscar un privado que administre el matadero. Entre los opcionados están Coolesar y Fedegán.
La actual alcaldía realizó una inversión para renovar algunas herramientas de la planta de beneficio al que siempre ha perseguido el fantasma del cierre. Pasó en 2016 por culpa de los malos manejos. El Invima visitará nuevamente el municipio para determinar si cierra o no la planta de beneficio.
Aunque los ganaderos del municipio reconocen que las cosas están mal, están en contra de la concesión. “Los alcaldes convirtieron la planta en su caja menor. Reciben ganado muerto, robado, y terminan sacrificados en la planta de beneficio. Queremos cambiar las formas cómo se ha manejado”, sostuvo David Hernández, ganadero del municipio.
EL PILÓN intentó contactarse con Gerardo Hoyos, gerente de la planta de beneficio de Codazzi, sin embargo no hubo respuesta. “El matadero se lo dan a un concejal o un amigo para que se rebusque. Entonces matan 10 legal y meten 5 ilegal. No le pagan ARL a los empleados; no se respeta el derecho del animal a morir dignamente. Es un desorden. He tenido cuatro amenazas de cierre”, cerró Benjumea.
Por Deivis Caro