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Los sueños de Alfonso López Michelsen para el Cesar

Alfonso López Michelsen: 21 de diciembre de 1967- 14 de agosto de 1968.

Aparecen las propuestas del primer gobernador del Cesar Alfonso López Michelsen y también el editorial de El Espectador donde aborda el tema de la creación del nuevo departamento del Cesar.

LÓPEZ TRAZA SU PROGRAMA

Yo los tengo olvidados”, como en la letra de un canto autóctono. En realidad, todos los vallenatos son lopístas, por temperamento. Liberales o conservadores, pero lopistas de tiempo completo. Aquí pronunció López su primer discurso político, en 1950, “en las épocas del sectarismo, mandado por Carlos Lleras”. Él recuerda que comenzó con la parodia de su canción favorita: “El que no conoce al godo, sufre de engaño. Pero yo que lo conozco, soy muy gallo…”.

López trajo a Valledupar el primer tractor y el primer canal de riego artificial. “Vallenato”, entonces, era un término despectivo. Lo usaban los estudiantes del Liceo Celedón en Santa Marta para acomplejar a sus condiscípulos de Valledupar.

Hoy (dice López) llamarse vallenato es un motivo de orgullo. Los que no lo son por nacimiento se llaman adoptivo porque todo el mundo quiere ser vallenato”.

“Dos intriguítas

En el palacio de gobierno que los cesarenses adaptaron para su primer gobernador, residencia del más importante vallenato, muerto hace un año, Pedro Castro Monsalvo, en el parque Alfonso López, el “compañero gobernador” recibe toda clase de visitas:

El ‘Padre Guarecú’ (Jose Agustín Mackenzie), quien viene a hacerle “algunas intriguitas”. La construcción del puente sobre el río Magdalena que López traslada al presidente Lleras, y “de pronto, hasta que me nombren obispo…”.

López sonríe al cordialísimo ‘Padre Guarecú’ y le explica todavía con acento “cachaco”: “No ala, si a mí me hubiera nombrado cardenal, te ascendería a obispo, pero como me nombraron gobernador, tienes que conformarte con ser el capellán de la Gobernación”.

Ambos celebran el apunte con carcajadas y López me recuerda que “la primera vez que me sentí con poder fue cuando el cura Mackenzie me proclamó candidato presidencial, hace uno tres años; por primera vez sentí cerca a mi uno de los factores reales del poder…”.

El ‘padre Guarecú‘ se transa con recomendarle a López algunos candidatos suyos para su equipo de gobierno, de los cuales el mandatario, aparentemente, toma atenta nota.

SIN PROBLEMAS

La primera gestión cumplida por el gobernador López Michelsen fue el “desempalme” con el Magdalena. Durante dos días estuvo reunido en Santa Marta con el gobernador Jacobo Tovar Daza, y dice que “fue tan fácil como han sido todas nuestras relaciones con el Magdalena”, y agrega: “Faltan algunos aspectos, que serán definidos por el gobierno central, como el arreglo de la deuda, etc.”.

 López afirma que no encuentra problemas insolubles en departamento. “Por ejemplo, las principales deficiencias nuestras son la falta de acueducto y fuerza eléctrica, que resolveremos fácilmente: vamos a tener nuestra propia Acuacesar y varias unidades de abastecimiento eléctrico”.

SIN LICORERA

Entre las características propias del Cesar, López precisa una fundamental. “El Cesar no tendrá licorera. Nos abasteceremos, por el norte, en el Magdalena y por el sur, con Santander. Vamos a demostrar que no necesitamos licorera, para financiarnos”.

El gobernador añade: “Las rentas del Cesar, bien administradas, van a producir más de lo que hace calculado. Particularmente el impuesto de catastro, que no se cobraba. Vamos a hacerlos efectivo, para robustecer los físcos municipales y, eventualmente, vamos a crear una sobretasa para el desarrollo departamental”.

AYUDA EXTERNA

 “La acción comunal está funcionando de tiempo atrás, pero vamos a intensificarla, con ayuda del gobierno central, que nos ha ofrecido el Distrito Especial de Bogotá. Antioquia nos va prestar un distinguido médico -el doctor Eduardo Cano- para que nos elabore un plan semejante al programa desarrollo de Higiene y Salubridad, que hizo para su departamento”.

 Sobre la cuestión política el doctor López Michelsen dice: “Todos los grupos –con excepción, claro está, del partido comunista, línea oficialista- me han ofrecido su apoyo para la tarea de construir el departamento y, desde luego, todos gozarán de iguales garantías, sin tratamiento discriminatorio de ninguna clase. No va haber hegemonía de partidos”.

 López señala otro objetivo de su gobierno: la descentralización administrativa. “Tengo especial interés en que Valledupar no se convierta en una capital centralista y absorbente. El sur, que ha sido la región más olvidada del departamento, va a recibir la mayor atención, para que nadie se sienta defraudado”.

PERSPECTIVAS

Una vieja estrofa de Rafael Escalona dice: “Colombia tiene cámaras y dos valles del Cauca y el otro es Valledupar”.  En coincidencia con esa tesis, López Michelsen supone que “el Cesar, en 20 años, será el primer departamento de Colombia”, ya que cuenta con una extensión tres veces mayor que el departamento del Valle.

INTEGRACIÓN

Especial énfasis le pone el doctor López a la integración con Venezuela. “Hay dos clases de integración”, dice. “La una, Andina, de Cúcuta y San Antonio, y la otra, del Caribe, entre el Cesar y Maracaibo. De aquella, habla todo el mundo, pero nadie piensa en esta, que tiene mayores perspectivas”.

 López indica los puntos de la integración Caribe colombo-venezolana: construcción de una carretera sobre la sierra de Perijá, para caer en Villa del Rosario o Machique. Para el efecto, llega el 6 de enero a Valledupar una comisión venezolana de planeación y obra públicas, que estudiará el proyecto.

Control del contrabando, venta del ganado, que actualmente está suspendida. “Mientras a nosotros nos sobra ganado, en Maracaibo no hay carne. Nosotros podríamos contribuir a la industrialización de Maracaibo, exportando algodón a Venezuela”, termina diciendo López.

ANCESTRO VALLENATO

 López invita al reportero a pasear por la plaza, que lleva el nombre de su padre y señala sobre el costado sur la casa que habitan hoy dos hermanas solteras de Pedro Castro. En ella están las iniciales del primer Pumarejo, su abuelo que llegó a Valledupar, su abuelo Jose domingo de Pumarejo, dueño de un latifundio inmenso, de 55 mil hectáreas (‘Leandro’), que luego se dividió en varias valiosísimas haciendas algodoneras y ganaderas, cuyos nombres López recuerda con cariño: El Diluvio, María Angola, Quiebrahueso y Camperucho.

Por su rama, Pumarejo López está vinculado a las mejores familias vallenatas, entre ellos, Dávila, los Daza, los Dangond, los Araujo, los Maestre, los De Armas, los Quiroz, los Díaz Granados, etc. Por eso no tiene nada de raro que yendo por la calle un desembozado vallenato lo saluda como es común hacerlo en la región: “¿Ajá, quihubo pariente?”.

Categories: Cesar
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